Ella es Estela Montás
prefiere correr el riesgo de intentarlo que tener la seguridad de perder. Los pobres solemos tener algo en común, nos ayudamos compartiendo lo poco que tenemos.
Estela prefiere correr el riesgo de intentarlo que tener la seguridad de perder. Los pobres solemos tener algo en común, nos ayudamos compartiendo lo poco que tenemos. Su programa en YouTube Yo expongo el tema, ha sido su puerta de acceso a los medios y su forma de demostrarle a la sociedad de San Cristóbal que una mujer de barrio, sin un entrenamiento profesional, podía alcanzar el sueño de producir un espacio digital digno.
No le teme a la vida, suele esperar paciente por una oportunidad, sale a surfear las olas que le permitan rasgar su deseo de convertirse en una marca provincial. Ama sus mascotas, es responsable y se molesta mucho cuando alguien le dice que estará en un horario y luego falla en su palabra. Su programa radial los viernes a las 4: 30 p.m. en Radio Magis es una voz que rompe la cotidianidad y pone al barrio cerca de sus oyentes.
La travesía hacia la popularidad es una eterna esperanza, un intento tras otro de convencerse a uno mismo de que lo peor ya ha pasado y el éxito está todavía a la vuelta de la esquina, o en el próximo reel, o en el cerebro del dueño de uno de las grandes plataformas del país o quien sea que a uno le falte por toparse. Estela ya ganó esa batalla, una vez me confesó que todos a su alrededor le decían: “deja de intentar tener un programa, tú eres pobre, negra, barrial, soltera, con más de cincuenta años, sin estudios”. Ella cerró los ojos y prefirió intentarlo, al final la vida es eso, un intento de prueba y error al que a veces llamamos felicidad y otras, un acto de fe.
Tales de Mileto, allá por el siglo VII antes de Cristo, dijo que todas las cosas surgieron del agua. Los sueños de Estela surgen del barrio, ahí veía como la violencia se llevaba a su gente o el marido cargaba con racimos de golpes a su mujer. Ella en vez de silenciar su ahogo de impotencia tomó un micrófono e intenta comunicar su verdad. Una vez me pidió un consejo para ser exitosa en la comunicación y sólo le dije: “tú, solo necesitas ser tú”. Al final, la sabiduría verdadera transita en ir por la vida “trabajando como si todo dependiera solo de ti y confiando como si todo dependiera solo de Dios”.