Cuentos de la luna pálida de agosto

Mizoguchi forma parte del pequeño grupo de directores japoneses que llegó a Occidente mostrando todo el potencial de su generación

Mizoguchi  forma parte del pequeño grupo de directores japoneses que llegó a Occidente mostrando todo el potencial de su generación

Mizoguchi forma parte del pequeño grupo de directores japoneses que llegó a Occidente mostrando todo el potencial de su generación

Kenji Mizogushi fue un director de cine que junto con Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu fueron los más conocidos en Occidente durante toda la etapa del cine clásico de Japón. Su arte ha perdurado a través de los años por su puesta en escena; pero sobre todo por la magia que envuelven sus historias.

Sus películas más famosas que fueron acreditadas con premios internacionales han sido: “La historia del último crisantemo” (1939); “Vida de O-Haru” (1952); “El Intendente Sancho” (1954) y “Cuentos de la luna pálida de agosto” (1953) premiada en el Festival de Cine de Venecia.

Esta última película se centra la historia en Genjuro y Tobei que son dos aldeanos que viven en la pobreza en el Japón Feudal del siglo XVI afectado por las guerras civiles. Ambos campesinos, sueñan con uno hacerse ricos, uno con su actividad de alfarero y el otro en ser un samurái por el cual sea reconocido como tal. Dentro de la historia, el director plasma por un lado la vida y costumbres de ese Japón en esos años medievales, y por el otro lado, plasma una historia de fantasmas con todo el rigor de la tradición japonesa.

En el libro de las 100 mejores películas del siglo XX de Miguel Angel Barroso plantea muy bien el estilo y la narración de esta película. El autor nos dice: “Los dos protagonistas son muy diferentes, aunque comparten un mismo sueño: el dinero y el poder. La ambición reina en sus vidas y son capaces de todo con tal de conseguir sus propósitos. Un ejemplo de este comportamiento obsesivo lo tenemos en la intensa y angustiosa secuencia en la que los aldeanos han de huir de sus casas porque los soldados japoneses invaden el pueblo. Genjuro no ha tenido tiempo de cocer sus piezas de lozas y a regañadientes se refugia en el bosque con su mujer y su socio; pero preocupado porque se apaga el horno y eche a perder tantas horas de trabajo, se arriesga a volver a su casa sin importarle las consecuencias. Su mujer hace tiempo que ha observado su comportamiento egoísta y vive entristecida porque intuye que va a pasar malos momentos.”

Es este sentimiento obsesivo sobre la ambición desmedida que trata esta película. Cuando nuestros protagonistas alcanzan vender sus lozas y obtienen el dinero esperado, se produce una ruptura de sus matrimonios sin importar los años dedicados. El drama es intenso y de dolor espiritual para su familia; ya que ambos se abocan al desenfreno de la vida mundana a lo que degenerará en una pérdida espiritual y material que les traerá graves consecuencias y lo llevará al arrepentimiento mutuo y entregarse a su familia que era lo que en un principio debió estar de primero siempre. El director destaca, el aspecto sobrenatural al estilo japonés combinando sus últimas consecuencias del protagonista con el realismo más cruel en dichas imágenes, llevándonos a un mundo onírico para recrear un final entre el amor y la muerte como nunca antes se había realizado en la historia del séptimo arte.

Excelente película donde el director realiza un alegato a los valores familiares como el amor a la esposa, al hijo en espera de su padre cuando sale a vender su mercancía, a las buenas costumbres; porque es un enfrentamiento a la codicia del dinero y a la sensación del poder.

Curiosidades:

Cuentos de la luna pálida de agosto está basada en la colección de cuentos homónima de 1776, del narrador Ueda Akinari.

Fue premiada con el León de Plata - Gran Premio del Jurado"León de Plata en la edición de 1953 de la Muestra de Venecia.

Su música original corrió a cargo de tres compositores, siendo quizás el más conocido Fumio Hayasaka, escogido con regularidad por Mizoguchi Kurosawa, y musicalizó obras inmortales como Rashômon (1950) y El Idiota (1951), ambas de Kurosawa.

Desde el punto de vista técnico; sobresalen los planos largos con gran movimiento de cámara de su fotografía y una excelente yuxtaposición de lo real y lo sobrenatural, sobre todo en la escena donde aparece el fantasma.

En cuanto al reparto, tenemos a dos de los grandes actores de la época: el protagonista, Masayuki Mori, y la actriz Machico Kyo que laboró con Akira Kurosawa encarnando varios papeles en diferentes cintas exitosas para la época.

Se calcula que Kenji Mizoguchi llegó a dirigir no menos de 80 películas en sus cincuenta y ocho años de vida, pero el setenta por ciento se quemaron durante la Segunda Guerra Mundial y actualmente sólo se conservan 31. Sus películas tienen un estilo muy particular ya que no suele utilizar los primeros planos y usa masivamente el plano secuencia.

Ficha Técnica: 

  1. Calificación: 5/5 (Excelente)
  2. Nombre Original: Ugetsu Monogatari
  3. Año: 1953
  4. Duración: 94 minutos
  5. Del director Kenji Mizogushi: Destacado realizador japonés, uno de los más influyentes del siglo XX.

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