Historias destacadas de Semana Santa
La alegría que significa hacer un caldero lleno de habichuelas con dulce para doscientas personas es una de las historias que me marcó en el Operativo de Semana Santa de radio Magis en San Cristóbal, bajo el lema: reflexivos en acción. Durante el recorrido me compartió una vecina del barrio Las Flores una reflexión anecdótica: “Desde que nacemos acá-ella vive en una casa de zinc- debemos aprender a valorar la felicidad pequeña. La clave -me aseguró- está en que lo pequeño te parezca grande”. De alguna forma, esa filosofía tan sencilla y sabia de vida, me regaló un olor a Cuba y mis abuelas.
Hay tanta gente buena en la República Dominicana que uno sale a comunicar y termina siendo receptor de un cariño sin precedente de quien apenas te conoce. “Tenemos dos formas de vivir en San Cristóbal – me contaron- las familias que pueden comprar sin mirar la cuenta en el Olé. Y las que van preparando los tres primeros meses del año para que cuando llegue la Semana Santa sus hijos puedan descansar en casa sin pasar hambre”. Durante estos días pude constatar que esa felicidad flaca, casi transparente, resumida en un pan con salami en medio de un barrio sin electricidad, es infinitamente sorprendente y me dibujaba la fe. Pero, ahí en esas realidades barriales hay un riesgo para la prensa y es el de vivir cada Semana Santa derrochando nuestra audiencia en la playa y el teteo, sin detenernos a dar voz a los que buscan con sus ojos tras el vidrio el alimento que llevamos a nuestra boca en espacios como la heladería Bon frente al parque Piedras Viva.
De la espiritualidad ignaciana aprendí que la paz no está en seguir lo que acaba en tristeza y descontento. La felicidad reside en lo que tiene final feliz y alegre. Lo que acaba en descontento es producido por el mal espíritu. Lo que acaba en alegría lo produce Dios. Aunque hay varios desafíos, en cada lugar que visité pude constatar una característica común: la esperanza. Un mensaje que crece tanto como ese legendario parque de las caobas donde todo un pueblo se ha sembrado en su preservación. Un mensaje me ha dejado este operativo, para los que aman y hacen por sus vecinos, sobre todo, los más necesitados, todas las realidades cooperan a su favor.