Juan Antonio Alix y las peleas de gallos
Las décimas de Juan Antonio Alx inauguraron una categía poética en la historia del periodismo dominicano. Cada una de sus compsiciones respondía a un hecho de candente actualidad en la ciudad de Santiago, ya bien militar, ferroviario, político o amatorio. Eran versos repentistas, nacidos de la simpatía popular en busca de alcanzar unos pesos que le permitieran mal comer. Eran estampas citadinas, muchas veces provocadas por el factor mercadológico que le permitían al poeta ser conocido y buscado en determinados puntos comerciales y ambientes folclóricos para promover las ofertas que esas entidades ofrecían a la sociedad y que necesitaban una difusión mayor, y menos costosa, que la ofrecida por los medios de comunicación de la época. Contenían anécdotas, relatos sacados del aire, estampas llenas de emoción directa que daban forma mucho más comercial a los productos, juegos, o carismas personales de los propietarios de esos entornos.
Alix no reparaba en recorrer farmacias, restaurantes, ferreterías del Santiago. Y de todo el Cibao. Sus décimas impresas en hojas sueltas y comercializadas por él mismo todos los días en la Plaza del Mercado de Santiago, no respondían a los intereses de una clase comercial determinada. Lo mismo le cantaba al cabildo provincial, que a una figura relevante de la política vernácula. Lo mismo entraban en una gallera, que en una fabrica de dulces caseros. Todo lo que se vendía en aquella época en recintos populares, podía integrar el contenido de sus espinelas. Solo bastara un escaso acuerdo monetario entre comerciante y difusor para que esa noche el poeta acudiera a su prodigiosa imaginación y redactara la décima vinculada con el tema, la llevara a la imprenta al siguiente día, pagara el importe de su impresión (casi siempre menos de cien ejemplares) y vendiera determinada cantidad entre los concurrentes al mercado. Siempre reservaba una pequeña cantidad de impresos para que fueran respartidas en el negocio del patrocinador.
Las estampas quee aparecen a continuación y publicadas en el tomo 2 de la obra “Décimas de Juan Antonio Alix”, de Andrés Blanco Díaz, bajo el sello del Archivo General de la Nación, son un claro ejemplo del empeño mercurial del poeta. Gracias a ese empeño, quedan para la posteridad estas ocurrencias que forman parte del folclor nacional y complementan la plena vigencia de un cantor “que en nada se está fijando / para conseguir el pan”
DOS GRANDES DESAFÍOS DE GALLOS
El primero tendrá lugar en La Vega el 3 del mes entrante, y el Segundo en esta ciudad el 23 del mismo mes, día, por cierto, de la Asunción de nuestro Señor. –Para pormenores, allá va la mía folla.
El dueño de la gallera
de La Vega, don Manolo,
invita de polo a polo
al que complacerlo quiera.
Para un currú de primera
o de gallos gran partida,
la cual está convenida
y arreglada lo bastante,
para el tres del me entrante
que será muy concurrida.
El que tenga su gallito
así troce como un rayo,
que lo lleve el tres de mayo
a La Vega arregladito.
Que allí pelea segurito
de Manolo en la gallera,
y con la suma que quiera
con dificultad muy poca
pues allí lo que es la boca
se la tapan a cualquiera.
Que desear no deja nada
esa muy famosa valla,
pues por sabido se calla
que está bien organizada.
Allí no hay mala jugada
ni menos parcialidad;
en cualquier dificultad
el que allí sentencia pide,
el juez de valla decide
con toda imparcialidad.
El que fuere a este convite
sabrá que en ese currú,
ese juego de bambú
en La Vega no se admite.
Y el que busque su desquite
de cuenta de cabismero,
así sea un caballero,
el que gana una pelea,
en el momento desea
que le paguen su dinero.
Ya no hay más que referir
sino el que tenga su gallo,
que lo lleve el tres de mayo
a La Vega a combatir.
Nadie allí podrá decir
con respecto a bofeteo,
pues Manolo sin rodeo
les ofrece un sancochito,
y de ñapa un traguito
con todo el mejor deseo.
Por acá en el interior
no existe un gallero solo
Que no conozca a Manolo
como amigo y servidor
Así es que sin temor
una persona decente,
y de llegar francamente
a esa espléndida partida,
que será bien recibida
y obsequiada atentamente.
También con satisfacción
y el gusto más exquisito,
invita Sánchez Pedrito
para otra grande sesión.
La cual tendrá ocasión
de verse con brevedad
de Santiago en la ciudad
donde tiene su gallera,
y en donde a todos espera
Con toda cordialidad.
La referida sesión
de Sánchez sin falta es,
de mayo el veintitrés
que es el día de la Asunción.
cuatro días de diversión
tendremos consecutivos;
y como estos son festivos
los díceres son muy ciertos,
que para enterrar los muertos
ya no alcanzarán los vivos.
Como dice Manolito
que su famosa gallera,
lo mismo o de esa manera
dice en Santiago Pedrito,
Que ofrece un trato exquisito
y los obsequios mayores,
de gallo a los Jugadores
a todos los concurrentes,
que sean personas decentes
dignas de tales honores.
A La Vega y a Santiago
lleven gallos y buloca,
que allí al que abre la boca
de una vez dicen: ¡pago!
Y que nadie apueste en vago
por hacer figura ciega,
que en este Santiago y Vega
no falta plata bastante,
para callar al instante
al que figurando llega.
Venid, amables galleros,
con esos gallos bravíos
pues habrá dos desafíos
os cuales serán muy fieros.
Con gallos y con dineros
dejarse todos venir,
para que puedan decir
que en Santiago y en La Vega,
el que allí con gallo llega,
Contento ha de salir
(si gana. .… ... pero si pierde?)
GRAN DESAFÍO DE GALLOS
Baile de disfraz, juegos de todas clases, en los días del carnaval, en la nueva y acreditada gallera del señor Francisco Bon y Bajabonico.
Así daremos razón
de una sangrienta batalla
de gallos que habrá en la valla
del señor Francisco Bon.
La cual tendrá ocasión
en los días de carnaval
y habrá también sin rival
cuatro bailes de careta,
cuya animación completa
es cosa ya general.
Los tercios más conocidos
de Altamira y Puerto Plata
para esa corrida grata
se encuentran ya preparado
lo mismo los muy nombrados
de Cabía y del Limón,
Guayacanes y Jaibón,
que con placer los espera
en su famosa gallera
el vale Francisco Bon.
Según los preparativos del amigo Bon habrá en Bajabonito una corrida de gallos, bailes de disfraz y juegos de todas clases en los días del carnaval que será cosa del otro mundo.
En esa gallera habrá
de gallos grandes corridas,
y de juego las partidas
nunca vistas por acá.
Y la cosa tal será
en este Bajabonito,
que no quedará pollito
en este gran desafío
que baje a beber al río
son que coja su piquito.
Los tercios de Navarrete,
De Las Lagunas y Mao,
Peñuela y Ginamagao
Marmolejo y Gualete,
con gallos de rechúpete
se les pasa la invitación
para que sin dilación
pasen pues a la carrera
a la famosa gallera
del señor Francisco Bon.
Por la presente se invita a todos los tercios de Santiago, Palmar, Quinigua, Barracón, Jacagua, Laja, Río Grande, Guanábano, Pedro García, y todos los demás lugares que por olvido no figuren en esta nota.
De Puerto Plata vendrán
y de Altamira también,
mascaritas más de cien
que al público encantarán;
y muchas de las que van
a la gallera de Bon
no pasan de un tropezón
y si van algunas viejas
encuentran siempre parejas
porque bailadoras son.
La orquesta que se verá
tocando en esa corrida,
la más buena y escogida
sin duda que lo será.
Y todo cuanto se pida
habrá en esa cantina,
y en siendo pues de cocina,
no hay más que pedir de boca
porque allí todo el que toda
se mata bien la canina.
Bajabonico estará de plácemes en los días de carnaval, con lindísimas diversiones en aquella gallera de Francisco Bon, que no le falta gracia para saber distinguir en esa nueva gallera.
Por la presente se avisa
que en esa grande alegría
una buena policía
el orden lo garantiza
así todo el que pisa
en esa buena gallera
ha de gozar como quiera
y como le diese gana;
pero en santa paz y muy sana
y de la mejor manera.
Así para el carnaval
el vale Francisco Bon
le dirige invitación
a toda gente social
para ese gran festival
de gallos y juegos varios,
y bailes extraordinarios
que de máscaras serán
y muy listos los serán
por sus buenos empresarios.
Señores, a Bajabonico, a gozar del carnaval más espléndido del mundo en la nueva y acreditada gallera del amigo Francisco Bon, que en castellano significa bueno.