Si parece irreal, es coincidencia
Tiene la realidad tal apego a la mente, a la carne, a los huesos, a los zapatos sobre los que navegamos días y noches, que por momentos resulta muy arduo evadirla, poner a volar la mente, disfrutar de la imaginación.
Eso explica porqué esa tendencia tan fuerte en el ser humano a usar alcohol o drogas -en ocasiones con practicas ritualistas o religiosas- que a fin de cuentas persiguen lo mismo: Evadir la realidad.
Luego de muchos contratiempos, disparates motrices y psicomotrices, sustos graves y desavenencias con consecuencias permanentes no deseables, he logrado recurrir exclusivamente a la lectura como medio infalible para lograr evadir a la real dueña de esta vida: La realidad.
Constantemente me topo entre las estanterías de libros de la librería Cuesta con Basilio Beliard o con Plinio Chahín, poetas amigos de toda la vida con quienes a veces no se habla de libros. En nuestro último encuentro en el momento en que nos despedíamos Plinio Chahín me dijo: -Ay c… espérame un segundo Homero.
Y salió corriendo de la librería como un ladrón perseguido. Al regresar minutos después me entregó –aun sofocado de la carrera- su más reciente poemario SI PARECE IRREAL ES COINCIDENCIA, del que ya he leído con mucho agrado muchos poemas (Plinio es un poeta que siempre he leído con lentitud por ser su poesía muy rica y profunda) y no deja de sorprenderme su vigencia, la capacidad que tiene Plinio Chaín para reinventarse.
Los dejo con uno de los 101 poemas de este libro.
19
En tu rostro encontré noche.
Me curé la oscuridad.
Sobre las nubes borré
mi propio espectro
de la escena.