Ventana

Hermano

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Siendo niños, motivé a mi hermano a lanzarnos en una carrera por una gran loma de Cienfuegos. Era una locura pues la pendiente salía a una calle con tráfico, como a mitad de camino me lancé, pues tenía temor de no poder frenar al llegar al final. Mi hermano solo frenó porque mi padre, en un sprint increíble, lo detuvo. Esa ha sido una de sus virtudes, la de no detenerse ante la vida y seguir adelante con todas sus fuerzas y gran valor.

Lo admiro mucho y como hermano mayor he sido feliz de poder contar con él en grandes momentos de mi vida. Sin dudas, sus golpes han sido de los más fuertes que he recibido nunca- qué hermanos no se fajan- pero también su amor es una felicidad que llevo como foto de lujo en mi corazón.

No recuerdo las veces que me salvó de grandes desafíos con su ser intrépido de arrojarse al peligro y morder, golpear, sabotear a cualquiera que deseara hacerme daño, a pesar de enfrentarse muchas veces a gente más grande. La felicidad entre nosotros se posó encima de un gol marcado en equipo sobre una cancha de piedras en la periferia que representaba nuestro barrio trabajador de Junco Sur.

Su fe en Dios partía de algo que he valorado siempre y es la de ser buenas personas, por encima de cualquier pobreza que nos acechara. Durante los apagones del periodo especial en la Isla, fuimos cómplices de muchas historias contadas a través de nuestra imaginación. Su inteligencia es natural, mientras que la mía creo que depende mucho de un vicio por la lectura.

Como muchos jóvenes de República Dominicana y Cuba, nos ha tocado vivir en países diferentes, pero espero que llegue hasta Barcelona este gracias inmenso a quien me da su afecto sin pedir nada a cambio. Ninguna distancia en el mundo puede separar el amor de la familia, cada éxito de mi hermano, representa una medalla olímpica para mí.

Estas letras son ese viaje lejano que nos debemos mi hermano y yo, hoy, al menos con esta lectura, podremos agradecer tantos momentos increíbles que creamos juntos. Lo experiencial para la espiritualidad Ignacia que ambos seguimos, es el camino esencial para alcanzar el amor. 

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