Ventana

Cita literaria

El día que me enamoré, regalé libros

IlustraciónJesús Ortíz

En el bullicio cotidiano de la vida, hay gestos que trascienden las palabras y se convierten en símbolos del afecto más profundo. Para algunos, regalar o prestar libros no es simplemente compartir historias encuadernadas, sino un acto de amor que va más allá de las páginas impresas.

Esta acción se convierte en un rito valorado que nunca pasará de moda. Un libro siempre será una excelente opción de regalo que durante años he considerado como el gesto más bonito que alguien ha podido recibir. Y de ahí reza mi frase: "La gente que regala libros debería ser eterna".

Conocer los gustos literarios de otras personas y entregar un título de una historia que amarían o quizás odiarían, pero que, sin duda, apreciarían las manos que se lo entregaron, no es un simple detalle. A veces es: "un te entrego un fragmento de mi mundo, de mis pensamientos y de mis emociones, con la esperanza de que encuentres en estas páginas un refugio, un consuelo o una inspiración".

Demostrar aprecio, cariño o admiración hacia alguien no se me da mediante las palabras textuales o el contacto físico. Ser detallista es mi lenguaje del amor, que en ocasiones disimulo con el propósito de que pase desapercibido.

Y es así, como pasó el día que me enamoré, regalé libros. Y todo fue tan obvio que recordarlo hace que muera de vergüenza. Ir a una librería, pensar en sus gustos literarios y luego comprar los títulos que no tenía, fue un acto de amor, pero también una tontería. Compré los libros que nunca antes me había comprado, gasté la mitad de la quincena porque entendí que las cosas iban a bien. Sentí las mariposas en el estómago de forma equivocada.

Ingenuamente, pensé en el libro como si fuera ese hilo rojo que construye puentes invisibles que conectan corazones en un mundo donde todo es efímero.

¡Todo fue a mal!, pero los libros, ¿y qué pasa con los libros? No fueron efímeros. Me queda la paz de haber entregado algo tan mío como de él, un obsequio que, a pesar del contacto cero, la distancia y todo lo que pueda ocurrir en el vasto universo del amor, será eterno cada ejemplar que puse en sus manos.

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