Ventana

UDECA

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Llegué a la radio por primera vez hace un año, aún me veo cual infante entrando a la cabina de la emisora Magis 98.3 F.M., en San Cristóbal. Toqué con los dedos la textura de algodón negra que cubría el micrófono frente a mí y soñé, por un momento, que mi voz llegaba a la casa de mi abuela en La Habana. Siempre regresamos a donde fuimos felices. Desde ese instante supe que mi vocación de comunicador sería acompañada de una nueva pasión, donde, además de escribir, podría acercarme al prójimo mediante la palabra en las ondas hertzianas.

El contenido radiofónico con la irrupción de las redes sociales se ha vuelto complicado de definir (qué es bueno, qué es malo). Ese intento desesperado y colectivo de buscar sentido y belleza en los medios que predominó durante el siglo XX ha cedido su lugar al monetizado deseo de llamar la atención y el nuevo concepto transmedia, donde la radio comunica en múltiples plataformas digitales. Pero aún existen nichos radiales que “gastan” su programación intentando aportar al oyente un camino para superar el chisme y el caos.

Los que crecimos escuchando la radio tradicional nos solemos llamar radioapasionadas y radioapasionados. En realidad, como diría José Ignacio Vigil López en su libro Pasión por la Radio, “deberíamos llamarnos genteapasionadas. Porque la radio no son los micrófonos ni los cables o el equipo transmisor. La radio es la gente que nos escucha y a la que escuchamos”.

La Unión Dominicana de Emisoras Católicas (UDECA), fundada el 26 de mayo de 1981, es una red nacional de radioemisoras – son nueve en total- solidaria y sostenible, con incidencia social y política, inspirada en los valores del Evangelio. En sus primeros años contó con la orientación de destacadas personalidades como el P. Carlos Rodríguez de Radio Santa María y el P. Teófilo de la Cruz de Radio ABC. En los dos últimos mandatos ha sobresalido el P. José Victoriano, S.J. y el P. Kennedy Rodríguez, director de Radio ABC y actual presidente de UDECA.

"Comunitarizar" es una poderosa palabra. Encierra valores de libertad, de igualdad, de no discriminación, de generar comunidad. Este verbo describe muy bien la misión de las radios de UDECA en este siglo XXI. Por eso, aunque todos los apellidos son válidos, el que describe de forma fidedigna a esta unión de emisoras y sus miembros, es aquel que los etiqueta como una respuesta humana de puesta en común y búsqueda inteligente de criterios unificadores en el trabajo radial.

El buen radialista tiene una dosis de irreverencia. A la buena comunicación la tildarán siempre de transgresora. UDECA y la iglesia católica necesitan influencers que sean herejes de ese dogma del algoritmo que manda en las redes y posiciona como número uno cualquier tipo de “contenido”. Hereje en su etimología, significa quien piensa por cabeza propia. El pueblo dominicano, hoy más que nunca, necesita que la Unión Dominicana de Emisoras Católicas tome la Palabra y la haga viral.

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