Hay un piano que suena en mitad de alguna parte
I
Es un aeropuerto de Bruselas,
aunque podría ser un aeropuerto
cualquiera,
en algún lugar del mundo.
Suena un piano,
unos dedos desconocidos lo acarician con suavidad
y de esas teclas manoseadas,
escapa Oltremare, de Ludovico Einaud.
Los intérpretes,
desconocidos a la espera de su vuelo,
se suceden,
también cambia el repertorio, y los compositores.
II
Anuncian la puerta de embarque
y el piano sigue sonando, cada vez más lejos,
mezclándose con los mensajes de megafonía,
con el murmullo de la gente que habita el aeropuerto,
difuminándose
hasta que, en la distancia,
se desvanece,
desaparece en su totalidad.
III
El avión despega
dejando atrás solo el recuerdo en la memoria,
una vez más,
el ruido ha roto la música,
pero no por siempre, no del todo.
Porque hay un piano,
en algún rincón del mundo,
sonando,
incluso en este preciso momento,
hay un piano que está sonando para nosotros.