Ventana

La entrada a Higüey

La entrada a Higüey

Si bien es cierto que nada sucede tal y como fue planeado -como ya dijimos-, pues mucho más verdadero es que menos aun se parecen la realidad y lo planeado cuando -como también dijimos- van a la brigandina.

He aquí que nadie en toda la provincia de La Altagracia, esperaba la llegada de la “fiesta rosada con ruedas”, como algún higüeyano nombró a la guagua rosada de Macetours, al pasar a su lado, escucharla, verla y sentir su paso radiante en la carretera del este, después de cruzar el pueblo de la Romana.

Dentro de la guagua rosada esto iba sucediendo.

La Maceta Rodríguez: -Mudo, atiende, ya estamos casi llegando a Higüey, esa damajuana…

El Mudo: -Aró, mamajuana.

La Maceta Rodriguez: -Damajuana.

El Mudo: Aró, mamajuana. Que fue mamá que la hizo.

La Maceta Rodríguez: Damajuana o mamajuana, la vaina es que eso no hizo nada, ni amagó. Bueno, amagó, pero no hizo nada. Échale ron a esa gente y que despierten, que esto es el primer tour de Macetours, no un viaje de colegio.

El Mudo: -Aró, sus palabras son órdenes majestad.

Digamos sólo que el Mudo fue muy obediente, porque quince minutos después de que la Maceta Rodriguez le dijera esas palabras, la guagua completa se columpiaba por la carretera del este, a buen paso y a buen ritmo, manteniendo la ruta y la certeza, pero encarnado realmente un bochinche en cuatro ruedas.

La matraca resucitó de inmediato y ahora con más fuerza se agitaba y pasaba de mano en mano, despertando silbidos estridentes y gritos ensordecedores a pesar de ir a gran velocidad.

Justo entraron al pueblo de Higüey y el mudo retomó la palabra dirigiéndose a los pasajeros: -Aró, aró, aró déjenme hablar, aró, siéntense ya. Estamos no sólo muy felices de arribar a Higüey, sino de seguir, aró, aró, aró este viaje con Macetours, díganlo ustedes

Y todos respondieron gritando muy alto: -UNA MACETA DE VIAJE.

El mudo: …y de pasearlos por la provincia, aró, aró, aró de La Altagracia, donde está, aró, la Basílica.

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