La crueldad de abril

Abril es el mes más cruel,

engendra lilas en la tierra muerta,

mezcla memoria y deseo,

revive yertas raíces con lluvia de primavera.

T.S. Elliot

Es el inicio de La tierra baldía, poema de Thomas Stearns Eliot, considerado como el poema más importante de todo el siglo veinte y un poeta tan de primer orden como Ezra Pound, veía a T. S. Eliot como el Dante moderno.

Estos versos exponen de manera brutal, verdades universales que equiparan su autor con los mejores poetas de todos los tiempos. Es un texto que está más allá del tiempo y al que los lectores recurrirán mientras existan letras.

Esas palabras esclavizan, pues tras leerlas uno necesita saber cómo sigue el poema y recurrirá cuanto haga falta a ellas para discernir distintos sentidos. Principios de vida que la voz de T. S. Eliot canta y que además de las profundidades que aborda e ilumina, son los primeros versos de un poema que de inmediato aprisiona al lector y le irá dando verdades para toda la vida.

Whatever diría un chamaco de ahora. Yo digo que la crueldad de abril es innegable y pienso en abril del 1965, de este lado del Ozama y cero drama, que este asunto no es político, pero a veces uno tiene que desenterrar abril del 65 de la memoria y luego seguir con su vida, modular los recuerdos que duelen y conservar los dolores que enorgullecen y como decimos en la calle: p’alante.

Me marcó tanto la imagen de Francisco Alberto Caamaño en una de las fotos de abril del 1965, que algunas veces cuando veo fotos de algún artista como Manu Chao, Caetano Veloso, el mismísimo Luis Terror Días, Elvis Presley o Joe Strumme con unos lentes negros, termino cantando como cantaba Ramón Leonardo: Caramba, caramba, Francisco Alberto, caramba.