Ventana

Buried

Un ataúd de madera, un celular con poca carga, una capa de tierra que lo separa de la luz y una mecha de kerosene es todo el mobiliario utilizado por el español Rodrigo Cortés (“Concursante”, 2007) para armar una historia de 90 minutos, el mismo tiempo que supuestamente le queda de vida al protagonista para buscar los cinco millones de dólares que piden sus captores para sacarlo de su encierro.

“Buried”, tal vez, sea una película ingeniosa, pero no por ello deja de ser original, fluida y bien pensada. Una obra que renueva la concepción misma escenográfica de la puesta en escena, y que obliga al director a lograr el perfecto entramado de los encuadres, la iluminación, la música y hasta la misma banda sonora para resaltar 90 minutos en la vida de ese hombre encerrado que lucha por la vida, aún en las peores circunstancias, aún cuando se cree que todo está perdido.

Esos sonidos reverberan. Exorcizan y se clavan en la memoria del espectador porque son provocados para resaltar circunstancias cercanas al terror que puede infundir la inevitable llegada de la muerte.

El guión es puro cine. Fue escrito con mirada certera. El sonido del celular, los flujos de conciencia del protagonista, sus gritos, miedos, llantos (Ryan Reynolds logra reencarnar el retrato de la angustia humana de una forma poco vista en el cine de hoy) y las voces de las personas que contacta en busca del rescate constituyen los elementos que envuelven al espectador dentro de este filme inolvidable que, con un final impactante, revuelve los nervios y electrifica las sensaciones internas. El espectador llega a vivir la angustia del protagonista y muchas veces es capaz de ponerse en su pellejo gracias a la fluidez de la narración cinematográfica que también se empeña en denunciar la burocracia, la insensibilidad y la falta de humanidad de los receptores de las llamadas del cooperante encerrado. Porque “Buried” no es solo thriller, es un fiel retrato de la falta de humanismo con que se asumen los problemas sociales determinadas instancias del poder económico.

A ratos, Cortes nos recuerda a Hitchcock (“La soga”, “Náufragos”), a Tarantino (la secuencia de “Kill Bill”, donde la novia es enterrada viva) y a otros productos del cine de ayer y de hoy. Pero, a diferencia de los héroes de Hollywood que se han visto en situaciones similares, el personaje de Paul Conroy no es un héroe, ni un agente que tiene un equipo de profesionales destacado en su rescate. Es un ser humano que solo depende de sí mismo. Esto le otorga mayor credibilidad a la película y la saca de los clichés.

En unos momentos en que el cine español se mueve a ciegas dentro del género thriller con más subproductos que propuestas convincentes, la llegada de “Buried” es un baño de optimismo que nos habla de la mirada creativa (sin olvidar el mercado) con que algunos directores, como Rodrigo Cortés, enfrentan este género en beneficio de los espectadores.

Ficha técnica

Título en español: enterrado. Dirección: Rodrigo Cortés. País: España. Año: 2010. Duración: 94 min. Género: Thriller. Reparto: Ryan Reynolds. Premio: Méliès d’Or a la Mejor Película en Sitges 2010. Guión: Chris Sparling.

Sinopsis: Un contratista civil en Irak, un día se despierta enterrado vivo dentro de un ataúd de madera con un celular con poca carga y una mecha de kerosene.

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