Ventana

Un poema de Homero Pumarol

Otro juego

Sobre silencio

tiran dados los dedos

que ojos y oídos siguen

con hambre de palabras.

El crupier calla.

Sobre si mismos ruedan

una y otra vez los dados,

hijos de fortuna,

al menos son su huesos.

El crupier los recoge impertérrito,

da el resultado y otra vez calla.

Toda la vida espera el jugador

que en un instante caiga la jugada

que cambiará su vida,

mientras la voz en su interior, dice:

El tiempo de rodar sobre ti mismo

ha llegado

y el jugador responde:

Pero yo no soy un dado.

Cállate ya, tan bestia,

le grita la voz

y juega todo al número 7.

Procura que la noche

despierte tus sueños,

sueña, es muy sano soñar.

Procura no confunda la noche

tus sueños con tus ansias de ganar

y si vas a jugar,

no seas tan bruto, desdichado,

juega lo que desees jugar

y si puedes, además de perder,

piensa, haz trampa,

la trampa es el juego.

No es un asunto moral,

voces y visiones tienen los brujos

y ese, ay, es otro juego.

Homero Pumarol

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