Gajes del azar, de Carlos Vicioso
La novela admite todo. Hasta el lenguaje se adultera cuando el autor ensaya un estilo. Es decir, cuando busca su voz. Ya terminaron los tiempos de aquellas historias estrictas, de trama intensa, de lenguaje pulcro, de desarrollo lineal. Esas historias de Flaubert, Balzac, Dostoievski, Hemingway y García Márquez, por solo citar unos pocos nombres, quedan sembradas en el tiempo, aunque todavía algunos autores continúan sus tramas con el estilo de los grandes maestros, y criticos que aborrecen que cada cual escriba a su manera. Pero otros no, Esos otros saben el valor de experimentar, crear universos distintos, acudir a otro tipo de lenguaje, apoyarse en los dicharachos cotidianos, en la jerga costumbrista, en el acento cotidiano, en la transformación del lenguaje, en la prosa informativa o en el ensayo literario para construir o deconstruir una historia de ficción.
Carlos Vicioso (1965) lo ha logrado en su nueva novela “Gajes del azar”, una historia de amor donde la prosa tradicional da paso a lo experiemental, donde no sirven los guiones para destacar dialógos, donde la síntesis granjea emociones sorpresivas, donde se explora la importancia de acudir a otra forma de expresión.
Una novela breve, con un lenguaje distinto, parco, entrecortado, sugerente y renovadp. Eso es en síntesis, este nuevo aporte de Carlos Vicioso. Este entramado envuelve una historia de interés, digna de un presente que está proponiendo cambios generacionales en la escritura.
Ventana lo recomienda.