Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Caminar en la ciudad

Avatar del Listín Diario
Homero PumarolSanto Domingo, RD

Caminar es una actividad que nos define. No quiero ponerme demasiado integral, pero estoy seguro de que si tomamos la forma de caminar de una persona, podemos deducir o llegar a su forma de pensar, de jugar, de bailar, de hablar, de vestirse, en fin, a su forma de ser.

Caminar es una muestra inequívoca de qué y cómo somos. Caminar nos define. Platón definió al ser humano como bípedo implume. Ahora bien, esto es Santo Domingo, donde hay un principio que ha cobrado mayor importancia como definición ontológica del ser humano que la del filósofo griego y es esta: El peatón no es gente.

No volveré a señalar cómo ha crecido Santo Domingo, en artículos anteriores ya lo he señalado. La cuestión es que nuestras condiciones climáticas y geográficas son maravillosas para disfrutar del aire libre. Es muy cierto que somos animales urbanos, pero no seamos tan animales, comencemos de una vez por todas a respetar a los peatones, seamos por favor más estrictos con nuestras leyes y su cumplimiento o creemos las leyes que haga falta para respetar al simple peatón de nuestra ciudad.

Santo Domingo actualmente se caracteriza no por su crecimiento, ni por su desarrollo económico, sino porque no se respeta en absoluto a los peatones. Los motores y carros ocupan el espacio de los humanos, de los peatones sin que a nadie le importe un carajo.

Antes, para cruzar las calles bastaba con mirar hacia ambos lados y esperar que no viniera nadie. En la actualidad hay que mirar para ambos lados primero para andar a pies en las aceras o para cruzarlas, luego hacer lo mismo para cruzar las calles y en la otra acera igual otra vez. Hasta que el peatón no está dentro de una casa o edificio, no está seguro. Comenzaron los motoristas a montarse por todas partes, siguieron los carros y pronto le tocará el turno a los camiones y las patanas.

Todo el que va a un lugar en motor, carro, voladora, guagua o camión, busca siempre la forma de llegar robándose un chin, dos o tres cuadras, en vía contraria, no importa que sea la 27 de febrero o la Winston Churchill, encaramándose en aceras, eso no e’ na, son sólo tres cuadras, dale rápido y tu llega de una vez.

Varias veces he escrito sobre esto y debe ser la cuestión que más me afecta, pues no manejo vehículos de motor tras un accidente muy fuerte que tuve, además soy peatón a ultranza y a pesar de cómo amo mi ciudad y de que me resisto a creerlo, sencillamente en Santo Domingo no soy gente.

Tags relacionados