De criterios y estadísticas
A comienzos de diciembre se organizará en Ecuador el Campeonato continental femenino 2022, donde República Dominicana estará representada por una ajedrecista. Todos pensarán que será la Campeona nacional Raydily Rosario, pero no es así, tampoco será la subcampeona. Ellas quizás no puedan asistir, pero son las que más derecho tienen de competir en esa importante lid.
Ante esta situación la Federación Dominicana de Ajedrez seleccionó a una jugadora que aparece en el escalafón nacional en el lugar 13 con un coeficiente ELO de 1641 y de 29 años. Muchos se preguntan: ¿por qué no enviar a la Candidata a Maestra Franchesca Ramírez con un coeficiente ELO de 1782? Esta joven jugadora es la número 5 del ranking nacional y con 18 años es la más joven y prometedora de las primeras 12 ajedrecistas del país.
En el año 2019 Franchesca fue sub-Campeona nacional de adultos con sólo 14 años, y como alumna del proyecto independiente Ajedrez Joven R. D., fue Campeona nacional en las diferentes categorías escolares y juveniles en que participó entre los años 2016 y 2019. Posteriormente, no fue seleccionada por la FDA para el Torneo zonal de ese año celebrado en Colombia ni para la Olimpíada mundial de este año organizada en la India.
Ante la grave crisis en la que se encuentra el ajedrez femenino dominicano donde terminamos en el lugar 110 en las Olimpíadas mundiales de los años 2016 y 2022, que aún no se cuenta con una Maestra Internacional, las últimas Maestras FIDE lograron el título en el año 2014 y ninguna jugadora posee 1900 puntos ELO, es injustificable que no se estimule a las jugadoras jóvenes, en este caso a Franchesca, que desde el año 2019 es de las mejores jugadoras del país como lo demuestran sus resultados y las estadísticas.
No es la primera vez que se marginan ajedrecistas de los dos sexos. También ha sucedido con árbitros y entrenadores. Tal parece que los criterios de selección utilizados por la FDA están lejos de ser puramente técnicos y objetivos. Por esta razón se han apartado del deporte varios titulados internacionales en perjuicio de la calidad del ajedrez criollo. Ejemplos palpables son la ausencia de algunos fuertes jugadores en los Campeonatos Nacionales, así como la reiterada selección de entrenadores en los equipos olímpicos sin resultados positivos.
Ante tales decisiones se constata que existen limitaciones técnicas de algunos miembros del grupo que realiza la selección de ajedrecistas que representarán al país en el extranjero. A falta de criterio técnico las estadísticas se pueden utilizar como excelentes herramientas para argumentar las normas de selección. Así se evitan marginaciones y favoritismos inadecuados.
Un ejemplo fehaciente fue en la última Olimpíada mundial, donde inicialmente se excluyó del equipo nacional al MI Josué Araujo, que sólo fue seleccionado después que renunció un integrante y entonces, el MI fue designado como segundo jugador dominicano. Asimismo, también fue muy comentada la no inclusión del MF Elvis Hernández.
Volviendo al Campeonato Continental femenino, ¿acaso no se pueden enviar, además de la ya nominada, a dos jugadoras más, pensando en la juventud y el cambio generacional tan necesario en la actualidad?
Las estadísticas y los factores objetivos deben primar sobre los elementos subjetivos que limitan la presencia de la mejor representación del país en las competencias internacionales y, por ende, la obtención de resultados superiores.