Meloni: ¿Oportunista o fanática?

En los años 1959, 60 y 61 se referían en Cuba a los “melones políticos” como alguien que era verde por fuera y rojo por dentro. Yo no creo que la señora Meloni, que acaba de ganar las elecciones en Italia, sea fascista por dentro, ni siquiera verde por fuera, aunque muchas de las posturas de ella coinciden con esas posiciones de la ultraderecha.
Le ocurre lo que a Víktor Orbán, el jefe de gobierno de Hungría, cuando era la esperanza blanca del liberalismo. En ese momento era el líder de Fidez, una organización cuasi estudiantil en la que se había impuesto por sus discursos anticomunistas. Era el heredero natural del conde Otto Graf Lambsdorff al frente de la Internacional Liberal. Lambsdorff, exministro de Economía de Alemania, fue quien me lo recomendó. Recuerdo que me preguntó, al regreso de mi viaje a Hungría, qué me parecía como su sustituto al frente de la IL.
Le dije que me parecía magnífico. Y así era … hasta que Orbán percibió que los votos en su país estaban en otra parte. Dados los antecedentes autoritarios de los húngaros, los votos estaban en personificar a los inmigrantes como tipos deleznables y en creer en todo tipo de conspiraciones.(Esto es, lo contrario del liberalismo). Estaban en culpar de todo a George Soros, la otra persona muy notoria de origen húngaro, lo que le daba una connotación bastante antisemita en un universo en el que esa práctica repugnante no es siempre condenada, como sucede en regiones de Hungría. Estaban en tratar de responsabilizar de las malas decisiones de los políticos a “los burócratas de Bruselas”, sin admitir que Putin es un canalla que se ha ganado a pulso la hostilidad de la Unión Europea tras su agresión a Ucrania.
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