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Bobby Fischer en Olimpíadas

Nelson Pinal Borges, MI & FIDE TrainerSanto Domingo, RD

Con los años nos hemos acostumbrado a leer con gran interés sobre los brillantes resultados de Robert -Bobby- Fischer. Su participación en el Torneo de Candidatos de 1958 con apenas 15 años; sus aplastantes victorias en los Campeonatos de los Estados Unidos; su triunfo con dos puntos de ventaja en el Torneo Interzonal de Estocolmo-1962, o jugando desde Nueva York y por teletipo el Torneo Capablanca en La Habana de 1965, entre otras magníficas e inolvidables actuaciones.

Todavía asombran sus 15 victorias en el Interzonal de Palma de Mayorca-1970 –ganó el evento con 3.5 puntos de ventaja-, su paso arrollador para conquistar el Campeonato del mundo en 1972 derrotando sucesivamente a Mark Taimanov 6×0, Bent Larsen 6×0 y sus impresionantes 4 victorias consecutivas ante Tigran Petrosian para ganar el match y enfrentar al Campeón del mundo, Boris Spassky, a quien derrotó 12.5 a 8.5.

Admiramos los triunfos de Bobby en campeonatos, torneos y matches, sin embargo, poco conocemos de su participación en 4 Olimpíadas mundiales por equipos, siempre en el primer tablero del conjunto norteamericano. En ellas, ganó 40 partidas, entabló 18 y perdió 7. Su efectividad fue de 75.40 %.

Sus enfrentamientos contra los equipos soviéticos, cuyo primer tablero generalmente lo defendía el Campeón del mundo, produjeron partidas de antologías. En Leipzig, en 1960, empató espectacularmente con Mijaíl Thal; al término del juego, Fischer le dijo con sorna al Campeón mundial: “no juega usted mal”, a lo que Thal respondió: “es la primera vez que usted lo reconoce, y si me hubiera ganado afirmaría que jugué como un genio”.

En Varna 1962, se enfrentó con el legendario Mijaíl Botvinnik, Padre de la Escuela Soviética de Ajedrez, al que dominó durante toda la partida, aunque este, se le escapó de la derrota en un final de torres con peón de menos.

En ese evento, en vísperas del match entre los Estados Unidos y Argentina, Fischer se jactó ante los compañeros de equipo que iba a terminar su partida en 25 jugadas. Su oponente al día siguiente, el fortísimo GM Miguel Najdorf, se inició con su favorita siciliana Najdorf, ¡y se rindió en la jugada 24…!

En la Olimpíada de 1966, la Unión Soviética reservó a Petrosián, y Fischer tuvo que jugar con el subcampeón mundial Spassky, con quien firmaría el empate después sufrir en el final debido a una celada que le tendió el soviético en una posición muy favorable para Bobby. Esa fue la partida más importante y esperada de la Olimpíada celebrada en la hermosa capital cubana.

En La Habana, Fischer estuvo a punto de la medalla de oro individual, anotando 88,23% por 88,46% el Campeón del mundo T. Petrosián. Fischer jugó cuatro partidas más que Petrosian, y habría ganado el oro si hubiera aceptado la oferta de tablas del GM Florin Gheorghiu en la penúltima jornada -que fue su única derrota- y así perdió el mejor resultado individual en el primer tablero.

En la siguiente, y última Olimpíada de Fischer, –Siegen, Alemania 1970-, Spassky, ya como Campeón mundial, derrotaría brillantemente al GM de Brooklyn en otra partida sumamente esperada por el Mundo del Ajedrez.

Las participaciones de Fischer en las 4 Olimpiadas constituyeron un espectáculo ajedrecístico, no solo por la calidad y brillantez de sus partidas, sino también por su carisma y personalidad atrayente. En la actualidad, ni el propio Campeón Mundial Magnus Carlsen logra cautivar al público como en su época lo hacía Bobby Fischer… “honor a quien honor merece”.

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