FUTURO

El futuro solo es un ardid para vivir con los ojos cerrados. La vida nos obliga a incendiarnos. Nos saca las iguanas escondidas debajo de la piel. Nos rompe la camisa. Nos enfrenta como muñecos sensitivos. Nos encierra en su baúl. Vestidos y descalzos. Con dientes postizos o miradas indiscretas. Nos arropa como buenos temerarios y al final no sabemos adónde vamos.

La meta es no rendir cuentas: Levantarnos todas las mañanas y autoconvencernos de que un día es igual a otro, y las gentes vienen y van, avanzan, retroceden, se detienen: Duermen, respiran y sueñan. Y saltar al paraje idealizado. Sin dar explicaciones. Pero sí salir con la mente en blanco y la palabra dispuesta a caer en la mazmorra.

Ni fuentes ni recargas. Ni nosotros mismos podemos cubrir el tintineo de los brujos que inventaron el acto de predecir lo que nunca vendrá. No podemos escapar. No hay forma de sacar del juego a los que quieren controlar la lluvia.

Regístrate Gratis

Por favor, regístrate ahora para seguir leyendo

¿Ya estás registrado? Inicia sesión aquí

Tags relacionados