El Campeonato Nacional

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Nelson Pinal Borges, MI & FIDE TrainerSanto Domingo, RD

En cualquier deporte, el Campeonato Nacional es el evento de mayor importancia de un país y en el caso del ajedrez, en la gran mayoría de naciones al Campeonato nacional se le da una deferencia especial, que hacen de estas competiciones un acontecimiento de excelencia organizativa.

Para garantizar el éxito organizativo de un Campeonato Nacional, la Federación correspondiente hace los máximos esfuerzos para que los jugadores de mayor nivel puedan competir, ya que eso elevaría el nivel cualitativo del torneo y también permitiría a los jóvenes talentos foguearse con ajedrecistas establecidos.

Por la importancia que reviste estos Campeonatos, las Federaciones crean excelentes condiciones de juego y garantizan detalles organizativos como hospedaje, alimentación, transporte y premios, que permiten a los jugadores asistir y desempeñarse cabalmente para poder obtener buenos resultados.

Como ejemplo particular recuerdo que la primera vez que jugué una final del Campeonato de Cuba, en 1971, fue en el Hotel Habana Libre, el mejor de la nación en esos momentos… y fueron varios torneos organizados durante años en ese famoso hotel. Una demostración fehaciente de la consideración que la Federación Cubana de Ajedrez concede a su máximo evento nacional.

En estos certámenes el resultado individual es fundamental ya que del mismo se integran los equipos olímpicos y se escogen a los representantes del país para eventos internacionales. En la antigua Unión Soviética -referente obligatorio por ser potencia mundial durante 50 años-, concursar en el Campeonato Nacional era de suma importancia para tener derecho a futuras competiciones. En Cuba, participar también constituye una obligación práctica y moral.

Es de destacar que Boris Spassky, a raíz de la pérdida de la corona mundial ante Bobby Fischer en 1972, aún dolorido por su fracaso en el Match del Siglo, participó serenamente en el Campeonato de la URSS de 1973 y logró el primer lugar. La participación de Spassky y otros tres excampeones mundiales garantizaron la calidad de ese fortísimo evento, del cual se seleccionó el equipo que en la Olimpíada Mundial de Niza 1974, obtuvo el primer lugar con 8.5 puntos de ventaja sobre el segundo lugar, ganando 13 encuentros, empatando dos, e invicto el equipo y los seis jugadores.

Un detalle de interés son los premios a los participantes. En el Campeonato Nacional de Estados Unidos del año pasado se repartieron $194,000 dólares entre los 8 jugadores. En ese tenor, los Campeonatos Nacionales por lo general son bien remunerados acorde al esfuerzo y sacrificio de prepararse y jugar exitosamente, que en realidad es un arduo trabajo, con anterioridad y durante la lid.

Lo que debemos aprender en República Dominicana. En los últimos años la ausencia de estelares figuras del ajedrez nacional en el Campeonato Nacional ha afectado la calidad del mismo. Este año alrededor de 10 jugadores de buen nivel no participaron, entre ellos, titulados internacionales, excampeones nacionales y otros jugadores reconocidos.

Esas ausencias afectan directamente el nivel técnico del Campeonato y la calidad de los representantes dominicanos en playas extranjeras, como ocurrió recientemente cuando el flamante Campeón nacional dominicano terminó en el lugar 60 en el Torneo Continental celebrado en El Salvador. Asimismo, sucede con la calidad de la selección de jugadores para eventos internacionales, incluyendo al equipo olímpico. Este año nos representará quizás, es el de menor nivel en mucho tiempo.

Fortalecer el Campeonato Nacional es una urgente necesidad y para ello la Federación Dominicana de Ajedrez debe ser más diligente para sumar ajedrecistas que fomenten el nivel técnico del Campeonato Nacional; eso se revertiría en la calidad del ajedrez y así tratar de superar el lugar 86 mundial que el país ocupa en la actualidad. Y no es de menor importancia garantizar honorarios acordes con la envergadura del evento. En el Campeonato de este año no hubo premios, lo que le restó crédito al torneo. Lo correcto sería añadir y no restar jugadores, ni las condiciones propicias para que el evento de mayor categoría del país sea prestigioso en todo sentido.

El resultado del Campeonato Nacional debe servir de herramienta para seleccionar los jugadores a las competencias internacionales y tomar decisiones técnicas y organizativas, de esta forma, se le daría al evento el valor que realmente debe tener.

No hay que copiar ciegamente de la antigua Unión Soviética, Cuba o Estados Unidos, pero sí debemos aprender de los países exitosos en el desarrollo del Juego Ciencia y adaptar opciones de crecimiento a nuestras condiciones, necesidades y posibilidades. Y para ello, el Campeonato Nacional constituye en renglón primordial y al que le debemos darle mayor importancia y no convertirlo en algo más para cumplir con los estatutos.

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