Desde la última butaca

Get Back (Primera parte)

El fenómeno Los Beatles es hijo legítimo de un tiempo convulso. Proviene de inicios de los años 60. Las secuelas de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de otras dos guerras, la Fría y la de Viet Nam frustró a una juventud mundial que clamaba por el fin de todo tipo de violencia y proclamaba un lema célebre: “Hagamos el amor y no la guerra”. Esa juventud aborrecía uniformes, grados, militares, bombas, armas de fuego y el uso de cuello y corbata.

Un día, cuatro jóvenes humildes comenzaron a ganarse la vida haciendo música en “The Cavern”, en Liverpool.

En sus inicios, esa música, muy cercana al rock, and roll pasó inadvertida, pero la figura de sus intérpretes no. Vestían pantalones entubados, sus cabellos caían sobre sus frentes en forma de cerquillos, y no hablaban de política. Eran irreverentes, simpáticos y promovían la música para enfrentar tanta destrucción, muerte y palabrería hueca.

Tenían mucho talento. Sus ritmos variaron y, junto al rock and roll, aparecían baladas y otros géneros. Aquellos jóvenes provocadores y provocativos fueron capitalizados; no tanto por la calidad de la música que hacían, sino por lo que simbolizaban. Movieron el universo como nunca nadie lo logró.

No eran releccionistas y en 1969 cada cual cogió su rumbo. Ninguno en solitario volvió a brillar como cuando andaban juntos, pero dejaron un símbolo eterno, sobre todo el maestro John Lennon, indiscutible cerebro intelectual de la banda.

Cincuenta y dos años después, el oscarizado director neozelandés Peter Jackson (“El señor de los anillos”) se enroló en una aventura cinematográfica: editar y producir un extenso documental sobre el proceso de separación del grupo en medio de los ensayos y grabaciones del que sería el último LP de la banda “Get Back”. Redujo a siete un total de 55 horas halladas. La cinta está en Disney Plus+ y a pesar de su extenso metraje, debe ser material de visionaje y reflexión. No daré espacio para los problemas que conllevaron a la ruptura, sino resalto la música y el valor de las palabras donde se descubre la personalidad de cada uno. La realidad es muy distinta al mito. Todos tenemos un lado claro y otro oscuro. Lo importante es descubrir en cada quien su lado más sobresaliente.

Tags relacionados