Bienvenida y la noche
De Manuel Rueda es la novela “Bienvenida y la noche”, una de las mejores obras literarias escritas en la República Dominicana. Su sello distintivo no es solo la riqueza formal, sino la exquisita crónica de una ciudad a través de un tiempo y un espacio que conformaron nuestra identidad cultural.
En ella, el dictador Rafael Leónidas Trujillo y sus crímenes no son los protagonistas. El dictador pasa a un segundo plano para dar rienda a una experiencia creativa que recrea la vida en provincias, las tradiciones, costumbres, hábitos y bienaventuranzas que fueron conformando nuestras raíces como nación.
Es también la reconstrucción de una historia donde el Norte del país muestra su estirpe fundadora.
La ciudad de Monte Cristi no fue una perla ignorada. Tampoco alcanzó su mayor celebridad por ser sede de la firma del famoso Manifiesto donde Máximo Gómez aceptaba comandar por segunda vez al ejército insurrecto cubano en su guerra contra España.
Monte Cristi trascendía por su intensa vida cultural, por la creación de costumbres propias y por la esmerada educación que impartían sus maestros a niños y jóvenes. Allí se preparaba a un dominicano ejemplar, responsable, orgulloso de su patria. La laboriosidad era entonces un sello distintivo y, sin hacer tantos ruidos, fortaleció sus valores ciudadanos con dignidad y decoro.
Ese es el retrato que Manuel Rueda nos hace llegar en esta obra que alcanza su segunda edición.
“Bienvenida y la noche” nos enseña a leer, y también a destacar los valores de la ciencia literaria cuando esta se apega a los cánones expresivos de la historia popular.
No busque el lector segundas lecturas. Busque ese discurso rico en expresiones de la más culta popularidad.
Su lectura es imprescindible para conocer parte de una región, un país y unos personajes distintos, inolvidables y antecedentes legítimos de nosotros mismos.