“Soledad brother”, de Javier Payeras
Nuestro poeta invitado es Javier Payeras, nacido en 1974 en Guatemala. A la fecha ha publicado los siguientes libros: Ausencia es-Vacío (Poesía 1997), La Hora de la Rabia (Poesía 1998), Raktas (2001), Onces Relatos Breves (narrativa 2000) y Ruido de Fondo (novela, 2003), entre otros. Es un poeta con un oficio constante. Este es el segundo poeta joven que me ha tocado reseñar de ese país. La juventud trae la visión despejada de un nuevo sendero. Espero intuir esa inquietud.
El poemario fue publicado en el 2003. El mismo ha dejado en mí una orfandad existencial con un lenguaje descriptivo y desnudo, sin embargo, deja una preocupación que toca diversos momentos del vivir. Obviamente, vivir significa intransferencia y es ahí lo radical de la soledad, a pesar de que el hombre es un ser gregario y social. Dicha soledad lo lleva a un espacio interior y preguntarse por el sentido metafísico de la vida. Cuál es, si lo tiene, el propósito de la existencia. El hombre tiene una realidad doble: saber sobre su soledad radical y su anhelo de unidad con la otredad. Para muchos la soledad se le presenta como un atentado a su vocación gregaria, para otro es el espacio idóneo para encontrar su realidad fundamental que ninguna utopía podrá satisfacer. En el caso de Javier esta bifurcación tiene consecuencias en la ciudad enajenada, perdida entre fríos objetos. La que surca un sendero interior no logra visualizar la posibilidad iluminativa o espiritual. Tal vez, una chispa inconsciente. Describe al individuo arrojado a una ciudad de osamenta y absurdos. He aquí la aridez y la desnudez del lenguaje por la ansiedad de la “expresión”. Ese máximo de vida es posible en la soledad interior que te despoja de lo superfluo precisando lo esencial. Quien sino el escritor en sentirla en profundidad por su condición de inadaptado del redil. Siempre es visto como un lobo estepario aún por sus allegados. Y ni siquiera tiene la certeza de ser un ente exitoso como escritor, sobre todo, con esas paradojas que tiene en sí la historia de la literatura. Esto pasa cuando eres un ser pensante con juicio crítico. El artista lleva consigo la conciencia que el redil ha descartado por su ego divertido.
Veamos:
LA MANCHA EN EL ESPEJO ES EL REFLEJO
El que se queda quieto piensa
que adentro es enfrente
y se rasca la nariz pellizcando el vidrio
y se hace llorar para actuar sentimientos
y se aplaude se saluda
y se contesta el saludo
el premio será tocar su cara
en otra cara
el alma termina en una pantalla
(Pág. 58)
Este poema deja claro lo expuesto arriba, en especial por el hecho del espejo que refleja lo que somos para los otros, es obvio que somos la mancha, pero qué somos para nosotros mismos. ¿Reflejo o sombra? La gran disyuntiva del Ser. ¿El arrojado o el hacedor? SoledaHermano.
GASTAR LA VIDA EN EL MISMO LUGAR
Robar el polvo al tacto y al tacto la piel
no importa mozart en el intestino del oído
no importa la ciudad partida en fotografías en el mar rojo
solo aprender a razonar con la muerte