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Atenas 1971, 50 años después

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Nelson Pinal Borges, MI & FIDE TrainerSanto Domingo, RD

El libro “El maravilloso mundo de los finales de torres” del autor Rudolf Spielmann y la generosidad del gran amigo argentino y ferviente amante del ajedrez, Christian C. De Luca, lograron acercarme después de 50 años, con Carlos F. Adad, representante de Argentina al Campeonato mundial juvenil celebrado en Atenas, Grecia, en 1971.

Dicho libro, muy utilizado por mí en clases, charlas y entrenamientos, fue un obsequio que me brindó el amigo Carlos durante nuestra estancia en la histórica ciudad que organizó el evento mundial de la FIDE para jóvenes hasta 20 años. Comentarle el gesto de su compatriota a Christian, fue suficiente para que nos facilitara una comunicación entre Carlos y yo, y que este, amablemente, me enviara fotos de una competencia que significó un punto de inicio en la entonces incipiente carrera ajedrecística de ambos.

A tal efecto, mi musa protectora me motivó a escribir esta reseña sobre el Campeonato mundial juvenil de Atenas 1971. Redactar sobre un evento que transcurrió hace 5 décadas es un humilde privilegio y mucho más si quien escribe fue un actor en ese “acontecimiento”.

Desde los años 60 la Federación Cubana de Ajedrez (FCA) tenía como política enviar al Campeón Juvenil al Campeonato Mundial y el honor de representar a la patria de Capablanca en ese alto evendo de 1971 me correspondió, que había triunfado en el Campeonato nacional celebrado en la ciudad de Pinar del Río a finales de 1970. Anteriormente había concurrido al magno evento mundial celebrado en Estocolmo Suecia 1969, el campeón juvenil de entonces, Joaquín C. Díaz. que logró clasificar para la Final A y donde terminó en un destacadísimo décimo lugar.

El mundial de Atenas se celebró del 25 de julio al 14 de agosto con un récord de cuarenta y cuatro jugadores de cuarenta y tres países que participaron en seis grupos preliminares donde clasificaban los dos primeros para la Final A, y sucesivamente hasta agruparse los jugadores en la Final B, C y D. Por supuesto los finalistas del grupo A discutirían el Campeonato del Mundo.

Por Latinoamérica estuvo presente además de Cuba, Colombia, con el destacado jugador Oscar Castro que había participado en el mundial de Estocolmo 1969; Uruguay con Jorge Buscio; Venezuela - Virginio Peña, y Argentina con el amigo Carlos Adad. Por España asistió Pedro M. Zabala. El país anfitrión estuvo representado por dos jugadores, uno de ellos, Georgios Makropoulos, ganador de la Final D. Georgios posteriormente fue alto directivo de la FIDE por muchos años.

Los dos lógicos favoritos para vencer en la Final A eran el soviético Rafael Vaganian, que había logrado el título de Gran Maestro en Vrnjacka Banja (abril 1971) y el Maestro Internacional Zoltán Ribli, que ya había competido con el equipo húngaro en la Olimpíada Mundial de 1970. Sin embargo, sorpresivamente Werner Hug, de Suiza, fue el ganador anotando 8.5 / 11. Le siguieron Ribli (8/11); el fuerte jugador estadounidense y Gran Maestro, años después, Kenneth Rogoff (7.5 / 11, tercero); el futuro GM de Filipinas, Eugenio Torre y Vaganian, que terminaron con 7/11, hasta completar la nómina de 12 jugadores del selecto Grupo A.

A Rafael Vaganian lo secundó el formidable Gran Maestro Efim Geller que al año siguiente acompañó al Campeón Mundial Boris Spassky a su encuentro con Robert Fischer en Islandia 1972. Con el húngaro Ribli fue de segundo el MI, reconocido escritor y entrenador T. Florian. Al representante yugoslavo, que también clasificó para la Final A, lo acompañó el destacado GM A. Matanovic y al argentino Adad, el veterano y GM E. Eliskases.

Mi participación en el mundial con 16 años de edad fue considerada como muy meritoria al clasificar para la Final A y ocupar el séptimo lugar incluyendo una victoria ante uno de los favoritos para ganar el campeonato, el soviético R. Vaganian. Fue la mejor actuación latinoamericana y el mejor lugar alcanzado por Cuba hasta ese momento.

Posteriormente a 1971 los ajedrecistas cubanos estuvieron asistiendo a los Mundiales Juveniles, que a partir de 1975, se jugaban en un solo grupo por el sistema suizo, no por grupos eliminatorios y finales; Después de ese año la asistencia cubana fue disminuyendo, no obstante, alrededor de 15 criollos intervinieron en esos eventos, destacándose las brillantes actuaciones de Walter Arencibia y Lázaro Bruzón que resultaron Campeones mundiales en 1986 y el año 2000 respectivamente.

La participación cubana en 1969 y 1971, en momentos en que el ajedrez nacional comenzaba un despegue en sus resultados internacionales y que para entonces, sus representantes lograran jugar la Final A, donde se discutía el Campeonato Mundial Juvenil, se podía traducir como un destello del positivo futuro que comenzó a consolidarse poco después con las actuaciones principalmente, de los Grandes Maestros, Guillermo García, Jesús Nogueiras, Amador Rodríguez, Román Hernández y Reynaldo Vera, hasta un pasado muy reciente con Lázaro Bruzón y Leinier Domínguez, así como de otros destacadísimos jugadores que han convertido a Cuba en una potencia ajedrecística mundial.

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