Ajedrez entre costos y resultados
El nivel del Ajedrez dominicano actual no está acorde con otras épocas, ni siquiera a la situación del año 2012 donde se obtuvieron aceptables resultados olímpicos
Así como el avance socioeconómico de un país se puede medir por el Índice de desarrollo humano (IDH) basado principalmente en indicadores de salud, educación y calidad de vida; o valorar el consumo de alimentos de una nación según la ingesta per cápita diaria de calorías y proteínas, el deporte se mide por los resultados y fundamentalmente por sus éxitos en la arena internacional.
Un patrocinador invierte su dinero acorde a la calidad de un equipo medida por sus resultados; la opinión pública y la prensa le dan seguimiento a un deporte en dependencia de su rendimiento internacional; y la afición a una determinada disciplina se genera porque un atleta ganó una medalla en un reconocido certamen o un equipo realizó una notable labor.
Y así también pasa en el Ajedrez. Por los resultados se evalúa su desarrollo; estos no se miden por el volumen de fotos vertidas en la prensa y redes sociales, por dedicatorias a políticos o por la cantidad de torneos de Blitz realizados, ya que puede ocurrir que, a mayor número de eventos, peores resultados, producto de una errónea política de desarrollo. No solo es la cantidad, es fundamental atender la calidad de los eventos en los que se invierten fondos públicos y privados.
Los resultados deportivos son la herramienta por la cual se mide un deporte, como un exámen al final del curso. Es el testimonio de la realidad, derivada del aprendizaje y la preparación del estudiante. En el deporte, el éxito es el producto del trabajo precompetitivo ejecutado con un personal capacitado, visión y criterio técnico, sin olvidar el aspecto económico.
Analizando el ajedrez dominicano actual tenemos que, aunque a partir del año 2010 se logró expandir su masificación y aparentemente se encaminaba bien el Noble Juego, pero no existía un plan de desarrollo cualitativo que permitiera convertir la creciente masividad en una elevación de la calidad individual o grupal. La cantera de talentosos jugadores no se transformó en alza de la calidad, ya que faltó el interés y la motivación personal, así como la falta de conocimientos e iniciativas de las autoridades para cultivar al talento en potencia.
Como consecuencia de esa situación, los resultados internacionales han sido mediocres en las últimas las Olimpiadas Mundiales (2016 y 2018). En la actualidad el país se encuentra en el lugar 82 de 156 países en la rama femenina, el 83 entre 184 en el masculino y 13 en América Latina por debajo de países como Venezuela, Costa Rica y El Salvador.
La calidad del Ajedrez dominicano también ha sido afectada por la mínima participación en el extranjero, ya que apenas asistimos con regularidad a eventos en el área Centroamericana y del Caribe; por otra parte, desde noviembre del 2012 no se celebra en el país un evento internacional que permita el fogueo de nuestros jugadores con Maestros de otras latitudes en búsqueda de su elevación cualitativa. Además, ha faltado el personal calificado para poder implementar una política de desarrollo técnico metodológico que pueda realizar un trabajo eficiente.
Por todo eso es que el nivel cualitativo del Ajedrez dominicano actual no está acorde con otras épocas, ni siquiera comparable a la situación del año 2012 donde se obtuvieron aceptables resultados olímpicos; y lo peor es que no se vislumbra una mejoría a corto plazo. Cabe destacar que en julio del pasado año 2020 participamos en la Olimpíada Mundial de Blitz (online) y no clasificamos para la segunda etapa en un modesto grupo compuesto por países del área Centroamericana y del Caribe. Perdimos con México, Costa Rica y Barbados.
Por otra parte, es posible que algunas Federaciones no realicen un análisis costo/resultados ya que los Gobiernos entregan los fondos periódicamente y posteriormente en su fiscalización y control son complacientes. Con respecto a los fondos logrados del patrocinio privado que reciben las federaciones, su contabilidad se ve cubierta de una nebulosa que oscurece cualquier análisis. Lo anterior implica que no se conozca con exactitud el costo de un título, una medalla o una buena actuación.
¿Cuál fue el costo de los dos últimos títulos de Maestra FIDE logrados por el país en la Olimpíada Mundial de Tromso 2014? Al no existir un análisis de costos-resultados y utilización correcta del personal técnico, pues eso ha influido en que desde hace 7 años no se ha logrado un título similar.
Ejemplo exitoso de la variable costo/resultados fue el proyecto Ajedrez Joven R. D. (2016 – 2019) que con un limitado presupuesto de fuente privada y una buena dirección contable (y técnica) se logró graduar un Maestro Internacional en menos de 4 años (Josué Araujo), resultado no alcanzado por la Federación Dominicana de Ajedrez en más de 10 años con todo una generosa asistencia en fondos públicos y privados; parece que ha faltado una correcta inversión de los fondos, los recursos y de la utilización del personal técnico adecuado para lograr los éxitos que merece el Juego Ciencia nacional.