El criterio técnico
Por lo general un buen jugador de ajedrez se distingue por su facilidad para evaluar y saber orientarse en cualquier posición.
Durante un fuerte torneo en Moscú, varios maestros analizaban el final de una partida, pero no encontraban la jugada correcta y mantenían diferentes opciones para ejecutar la ventaja. De repente José Rául Capablanca, que se encontraba en un salón contiguo, pasó por el lugar y comprendiendo la razón de la polémica, se inclinó sobre el tablero e inmediatamente redistribuyó todas las piezas en las casillas precisas y en cuestión de segundos todo quedó claro. Allí estaba el esquema correcto para aspirar a la victoria que ahora se veía fácil. El excampeón mundial cubano demostró su excelso criterio técnico para evaluar la posición.
Por lo general un buen jugador se distingue por su facilidad para evaluar y saber orientarse en cualquier posición. Aunque Capablanca fue insuperable en ese aspecto, existen ejemplos fehacientes de otros jugadores que con rapidez encuentran el plan apropiado para continuar la partida.
Siguiendo con esta temática también se dan ejemplos concretos de criterio técnico para definir diferentes matices del Ajedrez que implican buenas y malas decisiones. Y podríamos escribir sobre excelentes determinaciones que han beneficiado al Ajedrez, y contrariamente, también podemos enumerar diferentes decisiones que se alejan mucho del concepto básico del término criterio, es decir, la falta de juicio que perjudica la toma correcta de decisiones.
La falta de criterio es perjudicial en la gran mayoría de ocasiones y se debe fundamentalmente al desconocimiento y la inexperiencia para poder discernir ante cualquier situación que demande un juicio correcto. Sólo después de ver los resultados es que nos damos cuenta de que carecemos de la sensatez necesaria para evaluar una situación y tomar la decisión adecuada.
En el mundo de las Torres y los Alfiles abundan ejemplos que por falta de criterio se cometen errores evidentes ante la vista de todos. Conocemos federaciones que nombran entrenadores sin el mínimo aval necesario para desempeñar su función. Y eso es producto de la falta de criterio, y aunque también se presenta por situaciones de amistad, compromisos y servilismo, en el fondo el directivo piensa que da lo mismo, un neófito que sabe dar el Mate del Pastor que un experto que conoce de táctica y estrategia, sin tener el concepto que para ser un buen limpiabotas se necesitan varios pocos de conocimientos, experiencia y talento y que todo trabajo, oficio, ocupación, etc., tiene su Arte y no todos podemos ser artistas. Ni siquiera el cantante mejor improvisado puede igualar al establecido, o un pintor impresionista impuesto de súbito puede superar al francés Monet.
También ocurre con los jugadores de Ajedrez seleccionados para participar en determinados eventos. Por falta de criterio técnico se escogen a los “favoritos de los directivos” obviando a los que tienen mejores resultados y posibilidades de acuerdo a las variables edad, talento y perspectivas, esperando que con un milagro esos favoritos puedan alcanzar una buena posición, lograr un título o hacer quedar bien al país.
Pero en el Juego Ciencia no existen los milagros, éstos solo se albergan en las mentes carentes de criterio técnico y que además, priorizan el amiguismo y las políticas electorales por encima de las consideraciones competitivas, la ética deportiva y el sentido común, arriesgando incluso, los resultados del país en eventos internacionales como sucedió en Bakú 2016, al seleccionar el entrenador del equipo femenino dominicano que posteriormente terminó en el lugar 110, la peor actuación histórica de República Dominicana en una Olimpíada Mundial.
Esperamos que un día cambien las mentes… mientras, que siga Cardel con su Cambalache:
¡¡Todo es igual!!
¡¡Nada es mejor!!
¡¡Lo mismo un burro!!
¡¡Que un gran profesor!!