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El estudio del Ajedrez

En el Juego Ciencia, mientras más aprende, resulta necesario seguir estudiando

Nelson Pinal Borges, MI & FIDE TrainerSanto Domingo, R. D.

El ajedrez, como deporte ciencia, se estudia desde los rudimentos elementales, hasta complejos sistemas y variantes de la Teoría de las Aperturas, los conceptos estratégicos del Medio Juego y los importantes fundamentos del Final de la partida. Su estudio debe ser con una metodología definida para poder progresar acertadamente en el tiempo y no dar unos pasos hacia adelante y otros para atrás, tal como sucede cuando el aprendizaje se realiza empíricamente o sin una guía capacitada que puede brindar un entrenador.

Cuando digo entrenador no me refiero a un profesor o instructor que apenas sabe enseñar a mover las piezas y un poco más.

Un entrenador de cualquier deporte debe ser una persona dueña de una formación con correcta base técnica, un mínimo de experiencia como deportista y preparado para transmitir sus conocimientos con metodología, pedagogía, facilidad de expresión y recursos didácticos, para que el discípulo pueda asimilar las enseñanzas y alcanzar resultados relevantes. En el caso del Ajedrez es importante también poseer una aceptable Cultura Ajedrecística que le permita enriquecer diferentes aspectos al brindar una clase, o sea, tener un respaldo de conocimientos generales que facilite la enseñanza del tema que se está estudiando.

Enseñar ajedrez para que el alumno avance no es un pasatiempo comercial; es una tarea seria que se debe asumir con responsabilidad y disciplina para lograr que el alumno progrese en línea recta mientras el tiempo avanza de forma implacable. El estudioso del ajedrez debe comprender que está contrayendo una gran responsabilidad si realmente desea llegar a la maestría.

Estudiar la estrategia y la táctica como elementos fundamentales del Medio Juego, conformar un repertorio de Aperturas y Defensas, y adiestrar al alumno en las complejidades del Final de la partida (finales de reyes y peones, de piezas menores, de torres, etc.) debe ser unos de los objetivos del entrenador y del ajedrecista interesado en avanzar hacia la maestría. Pero empíricamente o con un profesor inexperto no se llega a la meta en el tiempo pertinente.

Un entrenador no necesariamente tiene que ser un gran jugador, ya que jugar y enseñar son dos actividades diferentes. Por supuesto que ayuda mucho tener experiencia como jugador, pero no basta solo eso para saber preparar al alumno. Usted puede ser un gran cosmonauta, pero no necesariamente logra ser un piloto de aviones de combate.

Es aplaudible que en cada rincón de nuestro país aparezcan entrenadores de Ajedrez, pero considero que al menos deben tener, además de disposición e interés de enseñar, apropiados conocimientos técnicos y un bagaje integral que le permita ejercer con eficiencia su labor. Si para limpiar zapatos en una avenida se necesita un poco de arte y alguna técnica, imaginemos cuantos pocos de arte y técnica se requieren para enseñar un deporte tan difícil como el ajedrez. De ahí la diferencia entre profesor/instructor y entrenador.

La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) certifica a los entrenadores e instructores para que puedan ejercer como tales. República Dominicana cuenta con dos FIDE Trainer (el MF Adam Mazara y quien escribe en esta columna) y con tres Instructores nacionales (Carlos del Rosario, Manuel Rodríguez y Braulio Ramírez).

Estudiar ajedrez es como emprender una carrera universitaria; se sabe dónde comienza y nunca donde termina ya que la actualización, profundización y especialización del profesional de cualquier rama es constante y sin límites. En el Juego Ciencia sucede lo mismo y el estudioso comprenderá que entre más aprende, le resulta necesario seguir estudiando; de ahí se desprende la seriedad con la cual debe acometer la tarea y la selección del entrenador que le puede guiar con eficacia hacia conquistar cada día actuaciones superiores.

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