“Pudo haberse evitado”, de Thais Espaillat
I Thais Espaillat no es una escritora caída del cielo. Lo hace desde este tiempo donde la poesía deja de clamar por amores felices, episodios celestiales, aforismos, juegos de naipes, giros arcaicos, hermetismos y referentes patrioteros.
La poesía de Thais es fuerte, basa en referencias muy personales. Le puede cantar a lo que nadie ve, como a lo que su imaginación permite convertir en escenarios carentes de añoranzas. Su capacidad inventiva colinda con las honduras de su ser.
Sabe describir detalles inadvertidos por la estética ampulosa gracias a las improntas de su personalidad.
Nos sorprende al reunir en este libro una etapa de su vida expuesta a quemarropa.
Por ejemplo, el texto con que inaugura la colección, “Janis Joplin es la peor amiga de aquaman” arrincona las facciones convencionales de la poesía gratuita. De forma muy original explora criterios que a veces escondemos para dar paso al fanatismo barato, al convencionalismo irritante. He aquí el texto:
“Hoy oí a una señora
igualita a Janis Joplin
decir que debemos tener peces
para que debemos tener peces
para que absorban la mala vibra
y se mueran en vez de uno.
Ahora sé que todos los manatíes,
tiburones y
atunes de lata
del acuario
murieron por ella,
que tiene sus almas en la verruga
de su buche derecho”.
“Me voy a comprar un pez beta
porque creo que se dio cuenta
de que escribí
un poema malo sobre ella
y no quiero que me haga mal de ojo”.
Huelo a contrametáfora en este texto, a partir de las limitaciones conceptuales de la referida Janis Joplin a partir de su limitada sensación frente a un pez.
II
Otro texto revelador cierra el tomo, en su primera edición con una tirada de cincuenta copias e impreso en los talleres de “Copy Marca”.
“Resolución de año nuevo” retrata el paso de su torrente vital frente a lo arcaico, a partir de su propia experiencia. Es un texto no apto para el pasado, tanto por su transparencia como por sus espacios personales, su valentía ética:
“Tengo que dejar de escribir poemas tristes
porque un día los verá mi mamá
y no quiero que piense
que lo de la psicóloga no está funcionando”
“(no sé si está funcionando realmente,
pero me cae bien
y no quiero cambiar.
Mami, ya puedes dejar de leer, mira,
te he inventado unas mariposas
que cantan hasta besar las flores
que crecen en el horizonte.
Mira,
creo que te están llamando, corre,
no te esperan)”
“Empecé a escribir esto
sin saber por dónde iba a terminar,
como las hojas de un diario de cuando tenía
doce años
que taché cuando tenía diecisiete”.
“Me he borrado tanto
que corrijo a la gente que pronuncia mal mi nombre
más por inercia que porque todavía sienta
que me llamen así.
Dudo un segundo en voltearme cuando lo oigo,
como el timbre de una casa
que no es mía”.
“Siempre termino aquí
the data is never fully removed
from the hard drive,
I´m afraid”
“Cada vez que recuerdo que no recuerdo casi nada
de cuando era más,
más aún,
más pequeña,
me dan ganas de llorar,
de encontrar todas las fotos guardadas
en cajas de zapatos,
en clósets,
en cerebros más viejos
y tejerlas con hilo rojo
en una pizarra gigante de evidencia,
forrar mi habitación,
La sala, el baúl del carro de veintidós años de no saber,
de estar desconectada del remolino mar adentro
de cosas queme rodean”
“Por favor, no me pregunte de dónde soy, policía,
que yo no sé,
que no sé por qué soy tan blanca,
porqué parezco china,
no sé,
Se lo juro.
Mis padres no vinieron de tan lejos
(ni mis abuelos,
bisabuelos,
la piscina llena de cosas aleatorias)
a esta isla,
a esta ciudad donde sólo crece una imitación muy cara de Miami”
(…)
“Las mentiras se escuchan mejor
en ventana blanca de computadora,
botón azul,
empty trash.
Riégala en las gavetas de tu cuarto,
laptop poderosa.
Espero el abrazo metálico
de tus microprocesadores y tu conexión a wifi
como los evangélicos esperan a Jesús
En una valla de la 27”.
III
Con este breve comentario, advierto la lejanía poética de Thais Espaillat hacia el mal llamado “realismo sucio”. Ni tampoco roza la estética modernista o posmodernista. Es el vibrar de un sentimiento que cobra oficio, a partir de sus propios valores y experiencias tempranas. Aquí, además de la intuición destacan lecturas, sentimientos y pasión por el canto con armas propias. Sigamos su nombre. Es posible que estemos frente a una importante forma de decir.