De Mateo, el Pabellón de la Fama… y más
El Gran Maestro Internacional de Ajedrez Ramón Mateo aspira a ser incluido en el Pabellón de la Fama del Deporte dominicano y para ello cuenta con los méritos deportivos suficientes ya que su título de GMI es comparable a una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Por demás, sus resultados internacionales durante más de 40 años le deberían garantizar su inclusión en el PFD.
Pero Mateo tiene algunos obstáculos para lograr su nominación. La prensa dominicana no es seguidora del ajedrez, en la práctica no hay periodistas especializados y las pocas líneas que a veces aparecen en los medios son para promover un evento con la imagen de un directivo de la Federación Dominicana de Ajedrez y no propiamente de un destacado jugador o de alguna alegoría del ajedrez. Sin la prensa a favor es difícil llegar al PFD.
Otro de los inconvenientes del único Gran Maestro Internacional dominicano para ser incluido en el PFD es que no cuenta con el debido respaldo de la FDA Desde hace años, Mateo, como diferentes personalidades (directivos, jugadores, árbitros y entrenadores reconocidos) no comparte la política dirigencial del ajedrez dominicano. Es natural que sin el apoyo de la entidad encargada del juego ciencia nacional es casi imposible aspirar a un lugar en el afamado pabellón.
Ante tal situación urge un cambio de mentalidad tanto en la prensa dominicana como en la política de los incumbentes del ajedrez nacional, los cuales no sólo desconsideran al GM Ramón Mateo, sino también a reconocidos jugadores, entrenadores y árbitros en un claro ejemplo de menosprecio hacia la capacidad competitiva y técnica existente en el país avalada por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE).
Con la pobreza que tiene la nación de jugadores titulados, entrenadores certificados por la FIDE y de árbitros calificados, la FDA se da el lujo de desestimar el poco personal de calidad que poseemos; se minimizan los resultados nacionales e internacionales en favor de absurdas posiciones personalistas, tal como si se tratara de un mal partido político, y las consecuencias se dejan ver en la afectación del desarrollo del ajedrez, que ha retrocedido internacionalmente en los últimos años al extremo de que países que hace 15 – 20 años eran inferiores a República Dominicana, en la actualidad nos superan competitivamente.
En la Olimpíada Mundial Online organizada por la FIDE en julio pasado, no logramos pasar a la siguiente etapa y perdimos, entre otros, con equipos de Panamá y Barbados, en un grupo compuesto por países de Centroamérica y el Caribe. Según el reciente listado de la FIDE el país se encuentra en el lugar 83 a nivel mundial y 13 en América Latina.
El caso del Gran Maestro Ramón Mateo ha salido a relucir en algunos medios de prensa dada la importancia que representa personalmente para él (afronta problemas de salud) y para el ajedrez nacional, ya que su inclusión en el PFD realzaría este deporte. Esperemos que para la próxima selección al PFD, los directivos de la FDA cambien su mentalidad y sean parte decisiva en promocionar la inclusión del destacadísimo jugador dominicano, así como darle la debida importancia a la subutilizada capacidad competitiva y técnica del país para tratar de recuperar el nivel y el prestigio alcanzado por el ajedrez dominicano en el pasado.
Lo correcto y sensato sería que se trabajara con una política incluyente de sumar a todos los que puedan aportar al desarrollo del ajedrez nacional, desde el GMI Ramón Mateo, como figura principal del deporte de las torres y los alfiles, hasta el más humilde instructor en cualquier rincón del país. Entonces se comenzaría a respirar un verdadero y necesario aire fresco en favor del progreso del Juego Ciencia dominicano.