Bailando en el Ingenio
Con pies descalzos parecía flotar sobre el suelo de las ruinas del Ingenio Boca de Nigua. Oskersy Campusano repasaba junto a sus compañeritas una coreografía de “palos”.
Oskersy “meneaba” con soltura su falda típica, Usaba mascarilla y sus ojos delatan pasión y compromiso.
Se preparaba para una presentación artística en honor al aniversario 224 de la rebelión de los esclavos.
El hecho ocurrió el 30 de octubre de 1796 cuando los esclavos de ese ingenio azucarero protagonizaron un heroico levantamiento contra las autoridades locales.
Llovía de a poco y pero tan pronto escampaba, ella era la primera en seguir practicando. Oskersy quería sorprender con su “swing”.
El público reunido no la intimidó. Ella disfruta que la vean bailar. Solo tiene 12 años pero desde los ocho se mueve con gracia.
El talento para el baile lo heredó de una tía que fue bailarina durante su juventud y actualmente tiene un pequeño salón de belleza para ganarse la vida.
La niña de piel canela y pelo riso sueña con ser bailarina contemporánea y brillar en todo el mundo. Sabe que no es una meta fácil de alcanzar pero con mucha firmeza dijo: “es lo que me gusta y quiero hacer cuando sea grande”.
Actualmente forma parte de la Escuela Libre de la Casa de la Cultura “El Carril de Haina”, un grupo de danza contemporánea dirigido por Carlos Florentino, que funciona desde el 2003 y tiene cerca de 154 miembros.
Al terminar la demostración artística se “arrimó” a una pared para recobrar el aire. Todo el que les pasaba por delante la felicitaba por su ejecución.
Oskersy concluyó con fotos, en cada esquina y con todas las poses. Estas fotografías las guardará por siempre para recordar aquel baile en el ingenio, delante de la Ministra de Cultura.
