Juego Ciencia
Ajedrez: pobre cambio generacional
Según el listado de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) de septiembre-2020 entre los 16 primeros ajedrecistas dominicanos activos y no activos, la mayoría de ellos corresponden a jugadores nacidos entre las décadas del 50 al 80 y por ende formados ajedrecísticamente antes del año 2010. Con 30 años de edad o menos, sólo aparecen entre la vanguardia el Maestro Fide Carlos Paul Abreu (1990) y el Maestro Internacional Josué Araujo Sánchez (2001).
Esta introducción nos da una idea del pobre cambio generacional experimentado por el Ajedrez Nacional en los últimos 10–12 años. Tal es así, que el país estuvo más de 10 años sin graduar un Maestro Internacional hasta que en octubre del pasado año el joven Araujo logró el título como miembro del proyecto independiente Ajedrez Joven R. D. dirigido y subvencionado por el ingeniero Rafael Damirón, programa que en menos de 4 años de trabajo demostró que si se labora con tesón, organización y criterio técnico se pueden formar buenos jugadores. El último MI dominicano había sido Lisandro Muñoz Santana en el año 2008.
Según el citado listado el MI Yuan Eu Liao (1963) encabeza los jugadores dominicanos y el Gran Maestro Ramón Mateo (1958) ocupa el tercer lugar. Asimismo, los Maestros Internacionales José David Abreu y Gustavo Hernández también retirados, ocupan los lugares quinto y sexto en el ranking de los primeros 15 jugadores, con Alberto Delgado (epd) y Marcos Tulio Pérez noveno y décimo respectivamente y los maestros César Juliao y Eliseo González cerrando la tabla de los principales jugadores formados en República Dominicana.
Elocuente es la foto del enfrentamiento RD vs Azerbaiyán 3 en la Olimpíada Mundial de Bakú 2016. Un equipo con veteranos enfrentados a un equipo escolar…y nos derrotaron!
Es interesante observar que jugadores veteranos retirados sean mayoría entre los de mayor rating de la FIDE, que utiliza el coeficiente ELO como medidor del nivel de juego de los jugadores. Y sin dudas que un equipo de veteranos integrado por GM R. Mateo, MI Eu Liao, MI J. D. Abreu, MI Gustavo Hernández y MI J. M. Domínguez, con unos meses de entrenamiento y de regreso a la actividad ajedrecística lograría resultados iguales o mejores que los últimos elencos nacionales en las Olimpíadas Mundiales.
En el caso del Ajedrez femenino la situación también es penosa. El país aún no cuenta con una Maestra Internacional (Puerto Rico tiene dos) y las últimas Maestras FIDE lograron el título en el año 2014. No hay desarrollo ni se vislumbra un avance a corto plazo y lograr una Gran Maestra sería un gran sueño.
De acuerdo al informe, la FIDE ubica a República Dominicana en el lugar 83 en el mundo (13 en América Latina) y en la rama femenina en el lugar 82 y 12 en el área.
La falta de proyectos técnicos, la desmotivación de los talentos por diversas causas y la improvisación como norma de las autoridades correspondientes, son parte de las razones de que nuestro Juego Ciencia no tenga el nivel y prestigio de décadas anteriores cuando se alcanzaron aceptables resultados internacionales, incluyendo el título de Gran Maestro de Ramón Mateo.
Es de destacar que desde noviembre del año 2012 la institución dominicana del Ajedrez no organiza un evento internacional en el país que facilite el fogueo de nuestros jugadores nacionales. Evidentemente la falta del intercambio deportivo que permitiera a los jugadores jóvenes conocer y enfrentar a rivales de consideración también ha sido una de las causas del muy limitado cambio generacional de los últimos 10 años, fundamentalmente desde el 2014 a la fecha.
El ajedrez dominicano amerita un trabajo de envergadura para recuperar el terreno perdido en los últimos años y que queda al descubierto en el informe de la FIDE de septiembre-2020. No se puede pretender que con golpes de suerte y sin un trabajo con un objetivo bien definido en planes y programas se pueda progresar en una actividad tan difícil como es el ajedrez.
En los últimos años la calidad del ajedrez internacional ha avanzado, incluyendo a los países africanos y árabes, por lo que se impone una transformación del trabajo en el país atendiendo la realidad que muestran las estadísticas oficiales; desconocer ese realidad sería muy dañino para el Juego Ciencia Nacional, mucho más sabiendo que en las últimas olimpíadas mundiales equipos africanos nos han derrotado, algo impensable hace 10 – 15 años. Las evidencias son claras y elocuentes.