Ensayo

La soledad dentro y fuera del poder

Por su importancia histórica, Listín Diario reproduce en su sección Ventana este ensayo cuya vigencia es permanente en el contexto del pensamiento social de América Latina

Existe una diferencia notable entre la soledad del poder y la ocasionada por la pérdida del mismo. La primera es el resultado de una falta de contacto con el mundo externo, pues la visión que recibe el poderoso –del grupo con el cual compara su concepción de la realidad –, es una imagen de espejo o especular.

Es decir, es un reflejo de lo que él mismo o el grupo de poder ha definido o construido como realidad. Ese espacio político deviene, pues, en una forma de autismo perceptual o de rebote complaciente y justificante de las ideas y percepciones de los que controlan algún tipo de poder.

Los miembros del grupo con el que el líder compara sus ideas sobre la realidad funcionan como seductores precavidos que procuran, a través de valoraciones y operaciones defensivas de la definición institucional, mantener su favor y evitar caer en desgracia. Se comportan de esa manera, porque en estos escenarios el temor a contradecir al máximo dirigente es tan frecuente como es la tendencia de este último a castigar cualquier planteamiento o acción que pudiera desmitificarlo, empañar su imagen o fracturar la visión orgánica del grupo dominante. En casos como éstos, el supremo –y hasta su círculo de dirigentes– queda sin posibilidad de aprehender trozos importantes de la realidad. Sobre todo, aquellos que puedan contradecir aspectos medulares de la definición institucional.

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