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Ajedrez en las alturas

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Nelson Pinal Borges, MI & FIDE TrainerSanto Domingo, RD

El pasado 9 de junio se efectuó una partida de ajedrez muy singular ya que los rivales estaban separados 420 kilómetros, que es la distancia que existe entre el planeta Tierra y la Estación Espacial Internacional (EEI). Desde acá, nuestro representante fue un ajedrecista de la élite mundial, el Gran Maestro ruso Serguéi Kariakin y desde el espacio jugó el cosmonauta ruso Anatoli Ivanishin, acompañado del también ruso Iván Vágner.

La interesante partida concluyó en tablas y sirvió para recordar el primer encuentro ajedrecístico entre “terrícolas y extraterrestres” hace 50 años, cuando el 9 de junio de 1970 los cosmonautas A. Nikolayev y V. Sevastyanov, a bordo de la Soyuz 9, se enfrentaron al General N: Kamanin y el cosmonauta V. Gorbatko, en el Control de misión en tierra.

"Fue una partida muy disputada. Considero que el empate fue lo más justo. El cerebro funciona muy bien en el cosmos", admitió Kariakin al final de la histórica partida entre la Tierra y dos miembros de la expedición número 63 de la EEI. El resultado fue el mismo que hace medio siglo y ahora el cosmonauta ruso Ivanishin inició el juego con las piezas blancas desde una tableta levitante que se le escapaba de las manos y quien también tenía que sostener un micrófono para comunicar a la Tierra sus movimientos, según la retransmisión en directo a través de la red social Vkontakte. El GM Kariakin, que se encontraba en el Museo de la Cosmonáutica de Moscú, jugó con un tablero tradicional.

En 1970 los habitantes de la Soyuz-9 jugaron con un tablero especial diseñado por el ingeniero M. Klevtsov para condiciones de gravedad cero, ya que no era posible utilizar piezas magnéticas que pudieran perturbar los instrumentos a bordo. La partida fue jugada un día libre de la tripulación y duró seis horas, casi lo mismo que una caminata espacial, y transcurrió mientras la Soyuz-9 sobrevolaba territorio soviético.

En esta ocasión Kariakin (que siendo un niño visitó República Dominicana invitado por el entonces presidente de la Federación Dominicana de Ajedrez, Sr. Nazir Atalah) declaró que estaba más nervioso que cuando se enfrentó al Gran Maestro noruego Magnus Carlsen por el título mundial en 2016.

"No me dormí hasta las cuatro de la mañana. Debido a la pandemia he jugado muchas partidas virtualmente sin ver a mis rivales. Pero jugar contra alguien en el espacio es algo totalmente diferente", explicó, al tiempo que reconoció que no conocer nada de los rivales es siempre un handicap. Mientras se disputaba la partida, la plataforma orbital, en activo desde hace 20 años, surcaba el espacio a unos 420 kilómetros de nuestro planeta.

Kariakin compareció vestido de traje mientras los cosmonautas Ivanishin levitaban en camiseta bajo los visibles efectos de la ingravidez de la EEI rodeados de innumerables cables y equipos electrónicos. A diferencia de hace 50 años, en la que las comunicaciones se efectuaban por radio, en esta ocasión espectadores de todo el mundo pudieron seguir en directo el evento por Internet.

Los cosmonautas rusos contaron en todo momento con el apoyo de los astronautas estadounidenses que también habitan la plataforma internacional: Christopher Cassidy (expedición 63), y Robert Behnken y Douglas Hurley, que llegaron la pasada recientemente a la EEI a bordo del Dragon Endevour, el primer vuelo comercial de la historia.

"Partida muy disputada. No se sabe qué pasará", dijo Kariakin en medio del juego, en el que se utilizó la apertura española. Llegó un momento que Kariakin tuvo incluso que defenderse con exactitud, aunque después de media hora ambos ajedrecistas se acordaron tablas.

"Es un gran honor no perder ante un Gran Maestro", aseguró Ivanishin.

Antes de la partida, el legendario excampeón mundial Anatoli Kárpov destacó que él fue uno de los impulsores de que el ajedrez fuera incluido como obligatorio en el programa de preparación de los cosmonautas y recordó que disputó numerosas partidas con los más famosos astronautas de su tiempo.

Al tiempo, Kariakin aseguró que "de niño" soñó con ser astronauta y que la abuela de su esposa trabajó junto al padre de la cosmonáutica soviética, Serguéi Koroliov.

La primera experiencia de ajedrez Tierra-Espacio terminó en tablas y el hecho histórico tuvo tal repercusión en la entonces Unión Soviética que se emitió un sello postal con la efigie de los cosmonautas de la nave Soyuz-9.

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