LETRAS
Miguel Ángel Asturias: Sus conflictos con su hijo son recreados en esta exitosa novela
Hombres de papel
Para Carlos Fuentes, la novela perfecta rechazaría al lector. El inmenso escritor mexicano refería una obra de tales pretensiones, capaz de provocar un caos literario. Él lo demostró con su propia obra.
Y el escritor guatemalteco Oswaldo Salazar lo corrobora en su obra, “Hombres de papel” (Alfaguara-México, 2016), una visión crítica de la vida de un gran escritor, y de una realidad de su país, escondidas detrás de una imagen pública (el lado claro de la vida) labrada por las consecuencias que la fama otorga a quienes llegan a ella.
No es complicado comentar un texto con valores indudables que pudiera constituirse en un punto referencial para entender de una vez el nuevo canon de la novela moderna. Un canon más explicable, porque sus personajes no tienen rasgos fijos: es el pensamiento y la dimensión de sus acciones lo que abandera sus historias.
“Hombres de papel” (alegoría con “Hombres de maíz”) trata la vida de Miguel Ángel Asturias y sus tensas relaciones con su hijo Rodrigo, a partir de sus virtudes y defectos en el diario accionar de sus vidas. Salazar no nos menciona la estatura, color de sus ojos, ropas a la usanza ni direcciones concretas de domicilios, embajadas o lugares de frecuencia.
Por el contrario, no desvía su discurso de la conducta humana, de la inexperiencia sociopolítica. Ambos personajes –hijo y padre- sobreviven marcados por sus propias diatribas. Un narrador omnisciente (a veces en segunda persona del singular y otra en primera) antepone la reflexión a la irreverencia; profana los altares antes que desatar las pasiones; camina de mano con el tiempo de estos hombres, uno de ellos decidido a triunfar en el mundo literario a como dé lugar y otro resentido, promiscuo, convencido de que su papel en la historia es más relevante que su inclusión en el mundo ilustrado, una forma de vencer la huella paterna, de no dar su brazo a torcer. Rodrigo sobrevive con la herida del deterioro materno y de la bohemia de su padre y esos recuerdos se tratan en esta obra como marcas de su personalidad.
Con una prosa elegante y desbordada de recursos literarios efectivos (la epístola, el flujo de conciencia, etc.,), Salazar nos interna en un mundo de conflictos y rechazos, frustraciones y amargas esperanzas; un mundo vivido de personajes inolvidables, palpitantes, reconstruidos a partir de ciertos episodios sacados de un baúl de antigüedades enriquecidos con la inventiva de autor en extremo creativo. Son personajes que pactan con el diablo de la misma forma en que saben envolver sus anhelos reflexiones.
Sin embargo, estos no son los méritos mayores de esta obra literaria. Tal vez lo que trasciende “Hombres de papel” tiene que ver con la proclama de Macedonio Fernández: “Yo quiero que el lector sepa siempre que está leyendo una novela y no viendo un vivir.”
Miguel Ángel Asturias
Miguel Ángel Asturias Rosales (1899-1974) fue un escritor, periodista y diplomático guatemalteco que contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal, Guatemala. Fue merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1967.
Datos del escritor
Oswaldo Salazar es un novelista y académico de la lengua guatemalteca nacido en 1959. Su narrativa ha sido descrita como de magnífica calidad, además de buen estilo y exposición. Destacó especialmente en el 2016 gracias a su libro Hombres de papel, cuya trama se basa en la vida del Premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias desde un ángulo ficticio