Bosh: el artista da la pincelada, no la premedita

Juan Bosch es uno de los autores fundamentales de las letras hispanoamericanas. Hasta el Gabo lo apodaba como “mi maestro”.

Vargas Llosa, en su libro “Cartas a un joven novelista”, (1997) señala la importancia de estudiar la literatura a profundidad, sobre todo a los clásicos. A pesar de poseer una destacada carrera como literato, Bosch dio un paso más adelante en su ensayo “Apuntes sobre el arte de escribir cuentos”.

El autor explica en su introducción a esta obra sobre la enorme responsabilidad que recae en el cuentista, siempre y cuando tenga la vocación.

Bosch, escritor crítico y cuentista prolífico en su época dorada, admiró a otros valiosos narradores como Quiroga y Kipling, quienes creyeron en la teoría de la omisión y en la intensidad de una historia corta.

En el referido ensayo, explicó la necesidad de estudiar a los grandes autores. Al estilo de Churchill (una idea por párrafo), nuestro autor durante su exilio no dejó de aconsejar al cuentista novel.

Bosch, en ese primer acto acota que la inspiración solo permanecerá en aquellos que cultivan su pasión y en quienes estudien la forma y el fondo de este breve e intenso arte de narrar historias breves.

A través de esto es que Bosch dice que el artista “da [la pincelada], no tiene que premeditarla.”