Articulo
El rostro sombrío del sueño americano: un título que habla por sí solo
La oscuridad, el trabajo forzoso y las peripecias en general que deben atravesar los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, en este caso los dominicanos, son reflejados a través de la obra de Franklin Gutiérrez “El rostro sombrío del sueño americano”.
La búsqueda de una “Green Card” y la creencia de que llegar al país norteamericano es sinónimo de bienaventuranzas o de lograr mejores condiciones de vida en poco tiempo, es lo que seduce a los dominicanos a abandonar su tierra en búsqueda del conocido “sueño americano”
Es a partir de este concepto que se desarrolla la obra, presentando en primera instancia al personaje de Viterbo, nacido en República Dominicana luego de que su madre fuera embarazada por un hombre que nunca volvió, mientras ella ofrecía le servicios espirituales, brebajes y placeres, como al resto de los clientes masculinos que asistían a su negocio.
Posteriormente, su hijo quedaría huérfano y tras tener mala suerte en tratar de revivir el negocio de su madre, decide abandonar su tierra de manera ilegal, viajando en yola hacia Puerto Rico, meta que consigue.
Allí se establece y se muda con una mujer puertorriqueña, con fama de gigolo, con la cual posteriormente toma rumbo hacia la ciudad de Nueva York.
En dicha ciudad, el autor comienza a narrar las dificultades que atraviesa la familia, tras la mujer quedar embaraza y dar a luz a Armando Guerra, el único hijo de la pareja.
Es a partir de la visión y la vida de un niño nacido en un hospital neoyorquino, de padre dominicano y madre boricua, que el autor va narrando hasta llegar a un punto el cual se vuelve mayor y logra adquirir un estatus y posición de éxito en los ámbitos económicos, social y profesional, dignos de destacar dentro de la búsqueda del sueño americano, pero para él “no es suficiente”.
“El rostro sombrío del sueño americano” desvela, desde una perspectiva desapasionada, que el sueño americano, tras el cual muchos incluso pierden hasta su identidad, es solo una gran pesadilla, una ilusión, un deseo que pocos ven hecho realidad”, establece el autor.
La obra, escrita por Franklin Gutiérrez, quien es profesor de literatura caribeña y latinoamericana en The City University of New York, tiene una extensión de 254 páginas y fue publicada por Ediciones Alcance.