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La novela esperada: “Memorias de una mula” con el sello de “Planeta”, llega a nuestro país

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Luis Beiroluis.beiro@listindiario.com

Jesús Paniagua apenas tiene 29 años. Lleva mucho compartiendo sus responsabilidades laborales con el aprendizaje de la escritura, tal vez desde su temprana adolescencia. Suya fue la impronta de los principiantes que se deslumbran ante el hecho literario. En sus años de formación, esa impronta lo llevó a publicar historias que no resonaron como él esperaba. No se amilanó. Continuó sumido en la lectura y en determinado momento asumió el riesgo: se fue a España con su sueño en ristre.

En ese país comenzó a idear “Memorias de una mula” a partir una experiencia inolvidable: en una visita a la cárcel Najayo Mujeres, la vida lo puso frente a una convicta que utilizaba su cuerpo como mula.

Ella le contó su historia y él acumuló los datos necesarios para darles forma literaria. Creyó poseer un cuento, pero la magnitud de los acontecimientos y la riqueza de episodios que tenía ante sí le extendieron el relato más de lo debido. Cinco años demoró en terminar esta novela que ya lleva varios miles de ejemplares vendidos en el mundo de habla hispana. Él no se ha dado por vencido y ya comenzó otra narración, esta vez sumergido en unos personajes marcados por las creencias mágico religiosas de una zona importante del país.

Una mula bien escrita La novela se mueve entre la primera y la tercera persona del singular. El protagonista combina su relato con un narrador omnisciente quien aparece de forma inesperada como testigo de excepción cada vez que el personaje de Ivannar Franco asume el control de la historias. Ambos (protagonista y narrador) saben marcar las experiencias de una mujer dispuesta a salir a delante por el lado oscuro de la vida.

Paniagua ha logrado un poder de síntesis propio de quien ha comenzado a alcanzar su madurez. Frases cortas, oraciones de lograda síntesis, parlamentos fuertes y precisos y capítulos breves, concentrados y condensados, son algunas de las virtudes de esta historia que atrapa al lector desde sus mismos inicios.

“Memorias de una mula” propone un tipo de lectura que no sabe aburrir. Por el contrario, desde sus primeras páginas dedicadas a presentar a los protagonistas y sus orígenes se comienza a respirar un relato directo. Tal vez sin darse cuenta, el autor ha esbozado una narración que parte de un perfil comercial pero contentiva de un trasfondo, de un encadenamiento de imágenes que ilustran más que conmueven, de una galería de personajes comunes y corrientes, pero llenos de esperanzas, con sus arcas abiertas para reclamar lo que creen que les pertenece.

Estamos en presencia de un proyecto que sobrepasa la simple anécdota, y que apunta hacia un tipo de público que no prefiere la lectura fácil.

“Memorias de una mula” hace leer entre líneas; tiene la virtud de la reflexión, de provocar una segunda lectura. Estamos frente a una novela inolvidable que estimula el placer por la lectura.

Un mundillo difícil Los temores no existen para este escritor que irrumpe en nuestro medio cultural como una figura emergente. No pertenece a grupos ni tendencias, sino a su propia convicción natural como fabulador de historias.

Escribe solo, todas las mañanas, como lo hacía Ernest Hemingway antes de emprender sus labores cotidianas. Al siguiente amanecer corrige lo escrito el día anterior y redacta dos nuevos folios los cuales quedan pendientes para la siguiente jornada. No es un escritor de domingos ni de días feriados. Es un joven recién casado, con una vida familiar y una responsabilidad social que cumplir.

En su caso, su poder fabulador no es intuitivo, sino que parte de experiencias concretas. Hasta el presente, los temas de sus libros, no fueron fruto de ocurrencias. Sus historias parten de hechos reales, de testimonios de informantes que él sabe escuchar y enriquecer con una envidiable labor de investigación. Solo de esa forma se puede entender que alguien tan joven se dedique a explorar temas considerados “fuertes” y subestimados por otros autores de mayor experiencia que la suya.

“Memorias de una mula” será presentada por primera vez en el país en Cuesta, Centro del Libro el próximo viernes 9 de agosto a las 6.30 pm. Editorial Planeta apuesta a nuestros autores.

SEPA MÁS Un escritor laborioso Perfil.

Jesús Paniagua nació en Santo Domingo. Es ingeniero civil de profesión. En 2016 realizó un Master en Creación Literaria en la Universitat Pompeu Fabra. En el 2010 publicó su primera novela “Duendes de Sueños Rotos”. En ese mismo año escribió “Pamela”, un cuento que forma parte de la antología “Sortilegio” y que luego fue llevado al séptimo arte.

Su segunda novela

, “Otro día como ayer” (2013), fue publicada por la editorial Santuario. En esa obra narra cómo un joven dominicano que emigra de su patria ilegalmente, contrae matrimonio con una joven que padece una enfermedad convertida en pandemia llamada Trastorno Límite de la Personalidad.

Disciplina

Paniagua sigue indetenible en su ejercicio literario y ya tiene en mente su próxima obra, la cual está vinculada a las creencias mágico-religiosas y con la cual continuará su pasión por la escritura. Entre sus autores favoritos se encuentran Thomas Mann, William Faulkner, John Dos Passos, Mario Vargas Llosa, Juan Bosch y Gabriel García Marquez, entre otros.

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