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El delito de ser ciudadano

A lo largo de estos ocho meses de resistencia ciudadana en Nicaragua, el régimen ha insistido en crear una verdad alternativa paralela a la de los hechos reales: la invención de un golpe de estado organizado por terroristas de profesión que actúan “movidos por el odio”. Miles de terroristas en las calles, empeñados en socavar la democracia familiar. Esa es la historia que repiten los voceros oficiales, los medios fieles al gobierno, y que los fiscales y jueces utilizan para acusar y procesar a los ciudadanos. Cerca de seiscientos golpistas están en las cárceles por no haber aprendido la lección de amor.

El demoledor informe presentado el 21 de diciembre en la sede la OEA en Washington por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que integran juristas de indiscutible renombre, viene a desmentir de manera rotunda esta leyenda urbana sacada del sombrero del mago, al concluir que no existe ninguna evidencia que sustente el golpe de estado.

Por el contrario, establece el informe, "para el GIEI, el estado de Nicaragua ha llevado a cabo conductas que de acuerdo con el derecho internacional deben considerarse crímenes de lesa humanidad, particularmente asesinatos, privación arbitraria de la libertad y el crimen de persecución". Un documento para la historia.

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