Narrativa
Cinco microrrelatos dominicanos
1) Cubismo
Paolo de Lima, 37, diseñador y poeta… “Bueno ríanse porque sí, es un chiste, pero aquellos eran tiempos difíciles. Durante la dictadura de Dañino, Cuba se volvió la niña de los ojos de los americanos. La noche que hicieron la redada en Olivos me preguntaron si era escritor y dije sí. Me dieron en la cara con un libro y preguntaron si era mío y dije sí. Tratado sobre el cubismo. Va preso, grita el sargento. Antes del culatazo logro preguntar el porqué de la rabia y me dicen que dizque por ser amante de lo cubano, idólatra de la cubanía. Sí, ríanse. Recuerdo la fachada de Los Olivos: desde los balcones flotaban sábanas blancas indicando que el apartamento ya había sido allanado. Oh melancolía. Siete años en el exilio. Si lo escribo y digo que es ficción no me lo creen, sin embargo aquí tengo la caja de dientes y una segunda edición del tratado para demostrarlo.” (Rey Andújar)
2) Decisión
—Baja de ahí para matarte como a un perro. Como deben morir todos los de la maldita "Banda Colorá"!—
El hombre allá abajo me grita desde hace horas. Todos en el condominio saben ya que es a mí a quien busca, pero a la verdad cómo diablos me enfrento en estas condiciones en que estoy. De seguro nadie le ha dicho que casi no puedo moverme. Que me orino en la cama, que babeo todo el tiempo y que si no fuera por la sobrina que cada día viene a visitarme y limpiarme, ya hubiera muerto.
Y todo por ser tan cumplidor: “Haga esto Gautreau, haga aquello”, “Déle un susto a esos comunistas de mierda”, “Miré a ver qué usted hace con ese periodista que no nos deja trabajar”.
Y siempre cumplí hasta que por mi hoja de servicios me hicieron Mayor. Y ahí sí que se arregló la cosa. Los majé a todos. No hubo uno de esos revoltosos que no supiera de mí. Hasta en sueños me les aparecía.
Pero en el ´78 todo se vino abajo. Llegaron los blancos con su aire de libertad y mucho hablar y fui de los primeros que dieron de baja. Pensé que había pasado al anonimato, pero no. Una periodista de apellido Pereyra dio conmigo y desde entonces siento que mil ojos me vigilan.
Esta mañana me despertaron los gritos de este hombre que me invita a bajar y a matarme con él. Y si yo pudiera. Si el supiera que lo único que espero ahora mismo es deshacerme de este olor putrefacto de mis heces. Que lo que quiero es que llegue mi sobrina y me limpie. (Valentín Amaro)
3)Misántropa
Durante años envió cartas con sus románticas preguntas a la columnista del "Consultorio Sentimental", de la sección Vida Social, del diario local. Tenía casa y profesión, tenía padres, tenía objetos que otros apenas sueñan tener, pero aún maldiciendo su soledad siempre dormía sin compañía. El trato directo con los seres humanos le asustaba y le ponía de mal humor porque creía que era una forma de ser herida en sus sentimientos y de perder el tiempo. Muchas veces leyó las cartas de esa misma persona pidiendo desesperadamente un encuentro con algún enamorado, algo que le hiciera compañía y, fiel a sus temores, siempre se aconsejó lo mismo. (Manuel Llibre)
4) Breve historia de enanos silvestres naciendo
Ha regresado el amante. Trae una lengua de serpiente en la boca. La sacude vigoroso como un látigo y su veneno nos salpica. Muerde como los tábanos nocturnos. Nos brotan velas encendidas en toda la piel y los vestidos empiezan a incendiarse. Parimos doce luciérnagas esta noche.
Dice que orinar sobre hojitas de retama aleja los malos deseos; las ganas de irse con un hombre al monte o bajo los aguaceros. Dice que de tanto mear en hojas amargas se hizo muy fértil y violenta. Dice que se casó diez veces y diez veces enviudó, que tuvo decenas de hijos y que a ninguno recuerda. Dice que la retama la devoró y que al acercarse el verano decenas de florecillas amargas sudan en sus axilas.
Esta noche encendemos el quinqué y el olor a petróleo inflama el deseo. Nos acordamos del mar, la inundación aquella en Pueblo Viejo. Las dos salimos a caminar mojadas por las calles, como sobrevivientes de un naufragio; las dos llevábamos una lámpara en las manos. Fue la primera vez que besé tus senos, ¿recuerdas? Aquellas pequeñas algas se aferraban a tus pezones.
Mirando el río esta tarde puedo saber si lloverá mañana. Yo tengo el alma de estos peces. Madre lava mientras ellos descifran mi destino: mi hermano huye corriente abajo, su cuerpo se hincha como un ahogado. Madre también se hunde, años después. Padre se queda conmigo y me promete el río la primera vez que me besa. La segunda vez: un orgasmo en la boca de padre y le lleno el cuerpo de pirañas. (Ariadna Vásquez)
5) Entre autores y novelas
En una caja repleta de libros, encontró una novela gastada por el tiempo. Recordó, por el título, haberla leído, pero justo donde estaba escrito el nombre del autor, estaba el hueco dejado por la mordedura de un ratón. Al empezar a leer llegaron a su memoria las imágenes de la trama. Más tarde pudo recordar el nombre del autor borrado en la portada y se percató de que estaba leyendo su propia biografía. ¡Y justo acababa la última página! (Ibeth Guzmán)