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Lucho, boleros y cine

El autor comenta el paso por el cine del recientemente fallecido cantante chileno Lucho Gatica, conocido como “La voz de América”

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Por Ángel Alonso DolzGijón, Asturias

Especial para Listín Diario

“Y cuentan que una noche de luna, bajo un manto de estrellas murió el trovador

Y dicen los que le conocieron que esa noche se oyeron las penas de un amor.”

Hace pocos días se apagó una voz... aquella que hizo soñar y despertar hermosos sentimientos en varias generaciones, que supieron valorar el aroma de amor que fluía de quien llegó a ser estimado como “Rey del Bolero”, el cantante chileno Lucho Gatica y por supuesto, es ineludible comentar que su desempeño artístico no se circunscribió al universo de la música.

En los espectáculos y los discos alcanzó éxitos ese artista inolvidable, pero en no pocas películas dejó sus ecos el trovador.

Puede decirse que los años ´50 fueron los tiempos de oro para Lucho Gatica; el tema “Allá tú” del compositor mexicano Álvaro Carrillo, fue en 1958 uno de los grandes éxitos en el Hit Parade cubano y no quedó atrás en el de otros países latinoamericanos.

En 1954 el cantante chileno aún no había alcanzado la celebridad que disfrutaría a partir de los años siguientes y sin dudas, un contrato con una de las emisoras radiales de mayor rating en Cuba fue un paso importante para su futuro en los escenarios y los discos; con un estilo muy personal demostrado en la interpretación de boleros ante los micrófonos en la mayor de Las Antillas, fue a México, donde le abrieron las puertas para conducirlo hasta la cima del estrellato en el pentagrama de ese país.

Tres años después, en 1957, se presenta de nuevo en Cuba, esa vez en un famoso programa televisual del desaparecido Canal Telemundo, donde se corona como “Rey del Bolero”, calificativo que le acompañaría por el resto de su intensa carrera artística.

Esa emisora de televisión se caracterizó por alternar a figuras de renombre internacional como el pianista Liberace, la cupletista Sara Montiel, el magnífico Nat King Cole… y a la vez introducir talentos poco conocidos, entre los cuales se puede mencionar a Luis Aguilé y por supuesto a Lucho Gatica, una estrategia ideada por ese cerebro gestor con olfato para revelar estrellas que fuera el alma de Telemundo, Gaspar Pumarejo, una de las personalidades más importantes de la televisión en los países de habla hispana del continente americano.

Esa no sería la última visita de Lucho a La Habana, se sucedieron otras nada breves, porque allí grabó discos, subió a escenarios en los cabarets de fama internacional Montmartre y Parisién, participó en espectáculos compartiendo cartelera con figuras universales como Edith Piaff y, sobre todo, pulió ese estilo sensual muy suyo al interpretar piezas de compositores cubanos de la altura de Frank Domínguez, Adolfo Guzmán y José Antonio Méndez, entre otros maestros del bolero, sin olvidar a César Portillo de la Luz, autor de “Contigo en la distancia” cuya grabación el propio cantante llegó a reconocerla como su mayor éxito.

Lucho Gatica difundió sus canciones en más de 22 millones de grabaciones por América, Europa y Asia; en el año 2007 fue reconocido con un premio Grammy Latino y por su presencia en el cine Hollywood le dedicó una estrella en el Paseo de la Fama.

La primera vez que el bolerista pisó un set cinematográfico tuvo lugar en 1956, contratado para participar en el rodaje del filme mexicano “No me platiques más”, una comedia dirigida por Miguel M. Delgado; ese mismo año se estrenó como actor y cantante en el melodrama “Que seas feliz”, de Julián Soler; al año siguiente aparece en el elenco de las cintas “Teatro del crimen”, del realizador Fernando Cortés, donde desempeña el rol de sí mismo y “Tinieblas”, un thriller de José Díaz Morales, con los principales papeles a cargo de Ana Berta Lepe y Tito Junco.

Otros filmes también de la cinematografía mexicana donde participa en 1958 son “Pepito y los robachicos” -una comedia de Mauricio de la Serna, con la actríz María Victoria en el rol protagónico-, y “A sablazo limpio” dirigida por Fernando Cortés, una divertida cinta donde interpreta a un personaje llamado "La Máscara Solitaria".

Otras producciones para la gran pantalla también incluyeron al bolerista en su papel de actor: “Cada quién su música” (Mauricio de la Serna, 1959) donde comparte los papeles principales con Rosa de Castilla; “Viva la parranda” (Fernando Cortés, 1960), hasta finalizar un ciclo de quince largometrajes donde se incluyen cintas en las cuales fue su voz presencia vital en la banda sonora.

“Entre tinieblas” (1983) filme español de Pedro Almodóvar, le otorga protagonismo a la voz de Lucho Gatica cuando interpreta el tema “Encadenados”; el realizador argentino Eliseo Subiela sigue ese camino con el bolero “Somos” en la cinta “El lado oscuro del corazón”, de 1992.

La sala oscura dejó escuchar por última vez en una película una pieza interpretada por el bardo chileno en el año 2014; fue la banda sonora de “Lost River”, del director estadounidense Ryan Gosling, quien decidió aplicar el principio del contraste a una escena grotesca en la cual una mujer es apuñalada sobre un escenario, mientras el background sonoro es la canción del compositor venezolano Hugo Blanco “Moliendo Café”, en el estilo de Lucho.

Los filmes donde estuvo presente se insertan dentro de esa categoría de cine para entretener, que fue una tónica constante en las producciones mexicanas de los años cincuenta; no puede hablarse de sus dotes como actor, porque si entró al mundo del celuloide fue para atraer espectadores con su fama, ya que en verdad sus cualidades eminentes las revelaba más bien ante los micrófonos; si permanece algo del cantante chileno Lucho Gatica en la memoria del público, no es tanto su imagen como su voz, aquella que envolvía en sueños a los enamorados y seguirá siendo una leyenda.

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