Grandes clásicos
Cleopatra
La realización de un filme conlleva unas serie de trabajos preparatorios que podría equipararse semejante a la inversión para un nuevo negocio. El presupuesto, la planificación, la publicidad, el casting de los actores, son importantes, porque muchas veces las cosas no salen como debieran, y a veces resulta lo contrario: hacemos poca inversión y la respuesta es abrumadoramente satisfactoria en términos económicos para los productores. Es decir, siempre estará latente el miedo a la espera del producto ofertado. Tal es el caso de la película de hoy.
Cuando la productora 20th Century Fox, quiso llevar de nuevo a la pantalla la cinta que Cecil B. DeMille (el mismo director de “Los Diez Mandamientos”) dirigiera en 1956, pero esta vez sería con más recursos técnicos, bellos decorados y acompañados de una pléyade de estrellas, y poder así, recuperar la inversión. ¡Qué tan lejos de la realidad estaban!
La adaptación a la pantalla grande de “Cleopatra” (1963) dirigida por Joseph L. Mankiewicz llevó al Estudio de la Fox al borde del fracaso y de la quiebra; ya que tenían un presupuesto de alrededor de dos millones de dólares, y terminó costando la suma de 44 millones, con el agravante de la poca asistencia de público, arrojando un saldo negativo solo compensado después de 50 años para poder equilibrar la inversión.
La trama no es muy rebuscada, pues trata sobre la vida de la última reina del Antiguo Egipto de la dinastía ptolemaica de nombre Cleopatra VII (Elizabeth Taylor); por el cual Julio César (Rex Harrison) se ve obligado a viajar a Egipto con la única finalidad de evitar una guerra civil por la lucha entre Cleopatra y su hermano Ptolomeo XIII.
Julio César cae rendido ante los encantos de Cleopatra. De esta relación amorosa ella acaba dándole un hijo que es conocido por el nombre de Cesarión. Luego, sucede el asesinato de Julio César cayendo en la formación del segundo triunvirato en Roma que estuvo formado por: Octavio, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido. Sin embargo, por las luchas internas por el manejo del poder, Marco Antonio hace causa común con Cleopatra para tratar de tomar el poder completo, pero el mismo es derrotado por Octavio en la famosa batalla de Actium en el año 31, A.C.
En esta batalla, Marco Antonio perdió todo tipo de perspectiva sobre la base de la correlación de fuerzas existente, al enfrentarse a su Imperio creyendo que podría derrotarle. Ante la derrota y no querer someterse a Octavio, Marco Antonio y Cleopatra decidieron suicidarse, lo que llevó a Octavio nombrarse César Augusto, inaugurando así, la línea sucesoria de emperadores.
La gloria del Imperio a partir de esta batalla, llevó al poeta Virgilio a escribir una serie de versos destacando que con ella comenzó la época dorada de Roma.
Todo este entramado, está muy bien delineado en esta película con gran despliegue de recursos para destacar cada uno de los eventos que acontecieron. Aunque la misma fue comercialmente un fracaso, la puesta en escena por parte de su director, acompañados de grandes decorados y de vestuario, hizo que la película fuera nominada a 9 Premios de la Academia resultando ganadora en 4 de ellos.
Como forma de conocer el arduo proceso que se llevó a cabo sobre este filme, es necesario que los nuevos cinéfilos puedan verla pues conllevó a los grandes estudios a no realizar más películas de este tipo de género.
01 Actores Los actores previstos inicialmente para Julio César y Marco Antonio fueron Peter Finch y Stephen Boyd, respectivamente. Tras despedir a estos, se intentó contratar a Marlon Brando para hacer de Marco Antonio, pero el mítico actor estaba comprometido con el rodaje de “Rebelión a bordo”.
02 Despido Ante los graves problemas que afectaban la marcha del proyecto, la Fox despidió al director y a los protagonistas masculinos, sustituyéndolos por Joseph L. Mankiewicz, Rex Harrison y Richard Burton, respectivamente. Además, el equipo se trasladó a Italia, donde el clima era más benigno, para proseguir el accidentado rodaje.
03 Más pagada Para el papel de Cleopatra, se contrató en principio a Joan Collins, pero tras las pruebas de cámara no convenció al director inicial del proyecto Rouben Mamoulian hasta que fue reemplazado por Joseph L. Mankiewicz. A partir de esto, se barajaron varios nombres hasta que el de Elizabeth Taylor salió a la palestra. Los ejecutivos de la Fox llamaron a la “reina de Hollywood” ofreciéndole el papel; pero ella les contestó, bromeando: “¡Seguro! ¡Lo haría por un millón de dólares!”. Para su sorpresa, los productores aceptaron. Fue la primera vez en toda la historia del cine que alguien cobraba un millón de dólares por hacer una sola película.
04 Italianos Una vez en Roma (en los estudios Cinecittá, que fundó Mussolini), el rodaje se convirtió en una pesadilla: A los contínuos caprichos de la Taylor, que rodaba cuándo y cómo le apetecía, se unieron las escandalosas borracheras de Richard Burton, así como el turbulento romance que ambos protagonizaban fuera de las cámaras, que hacía que el set estuviera siempre lleno de periodistas husmeando por todas partes. Además, los italianos contratados como extras no paraban de crear problemas, molestando a las chicas del equipo que se pusieron en huelga por ello.