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VIVENCIAS ¿QUÉ LEER?

Mitología de bolsillo

En un bolsillo cabe desde el diminuto empaque de goma de mascar hasta manos llenassueños y decepciones. Este dispositivo que, a lo largo de la historia, ha sufrido alteraciones significativas para que hoy lo conozcamos de la forma en que lo hacemos, tiene en su forma discreta la capacidad de almacenar los objetos y fantasías más siniestros. Recientemente el reconocido escritor dominicano Pedro Antonio Valdez volvió a cruzar las lumbres del microrrelato con la publicación de su “Mitología de bolsillo”, un libro que encierra el mito desde sus manifestaciones más cotidianas: La teatralidad de muchas relaciones conyugales, la metamorfosis del amor fraterno en fomentar parásitos sociales, el instinto asesino que los humanos tenemos apresado en el inconsciente. Así también nos reivindica los prejuicios que históricamente se han filtrado en nuestro modo de pensar entre los que se cuentan la supuesta ingenuidad atribuida a los indios, el síndrome del halo que tenemos hacia nuestros progenitores, las siete vidas de un gato y otras más que se descubren conforme caminamos los senderos del libro. La ironía unida a la sorpresa son dos baluartes en los que Pedro Antonio coloca la carga narrativa de los cuentos. Se acoplan al contenido temático de las historias con una fuerza tan brutal que dificulta distinguirlas entre sí. Forma y esencia se funden en la síntesis de textos cortos, maridando la lecturacon tonos de profunda exquisitez. Sobre los sólidos cimientos de esta complicidad se erige, para fortalecer el dinamismo de los textos, el humor. Este aditamento deja de ser un accesorio para orquestar la arquitectura de una construcción narrativa balanceada. En este libro aun quedan puntos por responder. Pues estamos hablando de una Mitología de bolsillo cuya estatura, espesura, color y forma puede llevarse casi en cualquier parte. En el bolsillo de una cartera, en el de un pantalón femenino engomado, en la palma de la mano o en el hueco de una muela sin empastar. Puede entenderse que el libro, por su fisionomía comprimida, pueda llevarse como un accesoriodel celular. Lo que queda como un trabajo a la imaginación del lector es la manera en que tantos mitos, conocidos y desconocidos, puedan enfilarse en la estructura compacta del microrrelato. Quienes lean a Pedro Antonio Valdez en esta “Mitología de bolsillo”, después de sorber el libro en las breves horas de lectura que le tomará, deben revisar muy bien lo que sale de los bolsillos de sus pantalones, no vaya a ser que un dragón, una serpiente de siete cabezas o algún sueño roto escape de ellos y quiera compartir el pedacito de historia que le tocó protagonizar.

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