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NEGRITA COME COCO

¿Angelitos?

Doña Sagrario María del Socorro Matos (conocida como Doña Mirinda por sus vecinos del barrio Si entras no sales) cree que Jesús bajará del cielo en el 2020. La fe de esta mujer es tan grande que no teme pregonar a alta voz que el Elegido vendrá y castigará a todos los que no cumplan con sus mandamientos, sin importar si son ricos, pobres o si tienen alguna botella en el gobierno. Y aunque Doña Mirinda advierte esto a todo aquel que le pase en frente, en el fondo alberga la esperanza de que el Rey de los cielos perdone a sus tres hijos, y los lleve a la gloria en vez de al (muy caliente, según dicen los que allá han estado) infierno. Y es que, mis queridos negritos, los críos de Doña Mirinda no son lo que podamos llamar “angelitos”, más bien son unos “diablitos” que mucho mal han hecho sin importar las consecuencias. Y no es que nuestra querida Doña Mirinda no los haya criado como Dios manda, según sus palabras ella siempre se esforzó en que andarán limpiecitos y que comieran sus tres comidas al día, y “aunque dende chiquitose ello eran medio revoltoso, yo nunca quise obligarlos a hacer cosas que no quisieran, por eso nunca fregaron un plato, ni barrieron el piso o recogieron sus regueros”. Y cuando los tres cerditos de Doña Mirinda, perdón, los tres niños de Doña Mirinda no querían ir a la escuela, nuestra amada protagonista nunca los obligó, es más los angelitos pasaban más tiempo en el barrio, tirándole piedras a algún perro cajellero, voceando cuantas malas palabras pudieran aprender o brechando a alguna vecina descuidada en el baño, que aprendiendo el teorema de Pitágoras (que total nunca se usa para nada) o que haber se escribe con “b” de burro y no con “v” de vaca. Así, fue pasando el tiempo y los hermanos se convirtieron en un trío de “maleantes, azarosos y mal nacidos” (como diría la primera muchacha a la que abimbaron y le robaron el carro en un parqueo de la avenida Máximo Gómez), con un currículo que muchos delincuentes respetados envidiaban y que la mayoría de la Policía Nacional temía. Y mientras tanto, Doña Mirinda llamaba a los hijos de sus vecinas a arrepentirse y a dejar la mala vida “porque Jesús está cerca hermanos y el que no esté preparado la va a macar como un chicle”.

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