POESÍA

“Mirándote bailar”, de Tony Raful

Hace unos años, Tony Raful era aclamado por sus amigos y admiradores como “El poeta de la patria”. Al leer sus versos, ese calificativo precedía su nombre al ser presentado ante las multitudes. Quienes así lo llamaban, sentían en sus imágenes el alma del país. Tony Raful, como una de las voces fundamentales de la Generación de Posguerra, cantaba (y canta) al amor, al sentimiento, a las utopías que podrían servir para el mejoramiento del hombre dominicano. Por suerte, sus amigos y admiradores, multiplicados hoy, han comprendido que a Raful no le hace falta ser catalogado con ese, ni con ningún otro epíteto para distinguirlo del resto de los bardos nacionales. Admiro su vocación poética porque a pesar de la modernidad y de las nuevas tendencias de la poesía, nunca ha cambiado su voz propia. Romántico, sublime, es un constructor de versos amparados en aquellos resortes del coloquialismo que no temen al esplendor. Su poesía transcurre como un torrente incontenible, como un flujo de conciencia que provoca la razón y toca el sentimiento con resortes humanistas. Es una poesía que anda por las calles, que comulga en las esquinas con hombres y mujeres que saben sentir los sueños como la simbiosis de lo desconocido, y no les temen. A pesar de su vocación política, de su constante laboreo como investigador y propulsor del estudio de nuestros héroes y mártires, Tony Raful nunca ha abandonado la poesía. No alardea como lo hacen otros. No pretende la gloria, sino la eternidad, ha dicho cuando se le pregunta por la suerte de sus compañeros de generación que han alcanzado lauros superiores a los suyos. Tony Raful es un poeta de todos los días y de todas las horas. Lo demuestra en su más reciente libro, “Mirándote bailar”, presentado en medio de un sobrio espectáculo que dirigió su gran amigo y compañero de andanzas culturales, Giovanni Cruz. Aquí, el poeta toca la danza como símbolo de la grandeza espiritual y la engalana con metáforas intensas que circulan como poderosas marcas del tiempo alrededor la palabra; palabra que el poeta no ha querido vestir con el ropaje de las técnicas más recientes. Aplaudo su vocación y su nuevo libro. Ojalá sigan llenando el espacio insular su desborde metafórico, su tempestad de imágenes, sus bailes y sus canciones. La poesía de Raful hace falta en este tiempo donde tanto trabajo cuesta sacar la condición humana de las oscuras cavernas del apremio.

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