MONUMENTO
Aportes del Cardenal López Rodríguez a la Catedral
DE ÍMPETU EMPRENDEDOR. HA PRESERVADO Y RESTAURADO LAS OBRAS REALIZADAS POR SUS ANTECESORES
Santo Domingo.- “Divino mandato obsequiente“ o “En virtud del mandato divino“ fue el nombre de las Bula que designó como nuevo Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, el 15 de noviembre de 1981, al entonces obispo de San Francisco de Macorís Nicolás de Jesús López Rodríguez. El más joven de los arzobispos electos alrededor del mundo, solo contaba con 44 años, lo cual no impidió que estuviera a la altura de sus antecesores para desarrollar proyectos que continuaran con las obras realizadas en los período colonial y republicano para embellecer y preservar la Catedral Primada de América. Aunque no ha sido una tarea fácil, asegura su Eminencia, con casi 28 años frente a la Catedral, ha sabido conservar cada tesoro catedralicio de este patrimonio cultural de la República Dominicana. En una entrevista realizada por la sección Ventana de LISTÍN DIARIO, su eminencia reverendísima habló sobre cómo se convirtió en el arzobispo y cardenal más joven para su tiempo, los aportes que ha realizado a este monumento durante su arzobispado y los proyectos que tiene en carpeta. ¿Cómo se dio su elección como Arzobispo de Santo Domingo y segundo Cardenal de la serie? El nombramiento de Arzobispo comenzó a prepararse cuando el cardenal Octavio Antonio Beras presentó su renuncia al cumplir los 75 años y el Papa Juan Pablo II lo aceptó. Para nombrar al sucesor fueron consultados todos los obispos. La consulta la hizo, como es costumbre en estos casos de nombramientos episcopales, la Nunciatura Apostólica. La decisión final siempre la toma el Papa, quien nombra al que, según el sondeo, parece más indicado. En cuanto al nombramiento como cardenal, es una decisión más personal del Papa. Influye, sin duda, la antigüedad e importancia de la sede. En este caso, Santo Domingo es la Primada de América y capital de la República Dominicana. También se toman en consideración las condiciones de la persona que ocupa la sede, su preparación, así como el ejercicio de su ministerio sacerdotal y episcopal. Fui asignado Cardenal el 28 de junio de 1991 y contaba con 54 años al igual que como arzobispo fui el Cardenal para la época, más joven del mundo. ¿Qué significó para usted su designación como Arzobispo de Santo Domingo y segundo Cardenal de la serie?Mi nombramiento como Arzobispo me tomó de sorpresa porque era el más joven de todos los Obispos y uno de los últimos en ser ordenado como tal en 1978. Cuando el Nuncio Apostólico Giovanni Graveli me llamó para informarme la decisión del Papa Juan Pablo II, yo andaba por los campos de Villa Riva, completamente ajeno a dicho nombramiento. Así que puedo asegurar que nada hice para que se me nombrara ni soy hombre de andar buscando cargos o dignidades. ¿Usted sucedió al Cardenal Octavio Antonio Beras Rojas. Se sintió presionado al sucederle y le sucedió igual con los anteriores arzobispos del período colonial y republicano? En cuanto a la sucesión del Cardenal Beras Rojas y los demás arzobispos de la serie, a pesar de la responsabilidad que conllevaba siendo yo muy joven, lo asimilé con serenidad ya que si esa era la voluntad del Señor expresada a través del Santo Padre, tenía que cumplirla. ¿Cuáles Arzobispos, Obispos o Vicarios Apostólicos admira y le han inspirado para continuar aportando a la preservación y renovación de este momumento?Considero que entre todos los que me han precedido en el gobierno de la arquidiócesis sean arzobispos, vicarios Apostólicos o Gobernadores eclesiásticos, unos más que otros hicieron sus aportes a la conservación de los bienes culturales y religiosos que contiene la Catedral, velaron por la restitución de la disciplina eclesiástica y convocaron sínodos. En un primer orden, reconozco la labor Alessandro Geraldini, el primer obispo residente de Santo Domingo. Como buen renacentista que era, emprendió la construcción de la Catedral que no pudo ver concluida. También merece mencionar a Alonso de Fuenmayor, que fue el tercer Obispo residencial y primer Arzobispo de Santo Domingo en cuyo episcopado se concluyeron las obras de la Catedral que fue consagrada el 31 de agosto de 1941, al crearse las tres primeras Arquidiócesis de América el 12 de febrero de 1546 (Santo Domingo, México y Lima) por el Papa Paulo III, el mismo que creó la Universidad de Santo Domingo con la Bula “In apostolatus culmine” del 28 de octubre de 1538. Su legado a la Primada de AméricaDebe recordarse, igualmente con gratitud, a Francisco de la Cueva Maldonado, duodécimo Arzobispo de Santo Domingo, quien después de las reparaciones que se hicieron al altar mayor de la catedral y al presbiterio, lo consagró el 31 de agosto de 1655. Hay que reconocer que los Arzobispos de los siglos XVII y XVIII ejercieron su episcopado en medio de grandes dificultades de todo género, precariedades económicas, problemas con las autoridades civiles y, en algunos casos, con su propio clero, varios fueron trasladados a otras sedes en América o en España, es decir, no tuvieron oportunidad ni recursos para emprender obras mientras ejercieron su ministerio episcopal.Pedro Valera y Jiménez, vigésimo quinto arzobispo residencial de Santo Domingo, a pesar de los esfuerzos que hizo por organizar su Iglesia, instalar el Cabildo Eclesiástico, y la creación del seminario o escuela episcopal, su episcopado estuvo muy condicionado por las circunstancias políticas: Fue nombrado administrador apostólico de La Habana por el capitán general en 1833, pero apenas estuvo doce días en el cargo porque murió víctima del cólera. ¿Cuáles han sido sus aportes desde su asignación como arzobispo hasta ahora a la Catedral Primada de América?Muchas obras se han realizado en nuestra Catedral, como la reposición del retablo del altar mayor, la remodelación del presbiterio, la construcción de la cripta de los arzobispos, inaugurada con la tumba del primer Cardenal dominicano, su eminencia Octavio Antonio Beras Rojas, que falleció el 30 de noviembre de 1990. También se trabajó en la limpieza de la fachada de la catedral y se repusieron las estatuas de los cuatro evangelistas que la adornan, e igualmente se reconstruyó el atrio y se remodeló la sacristía. Asimismo, se instaló la iluminación exterior que hoy luce la Catedral. En cuanto a los tesoros catedralicios, todavía se pueden apreciar obras pictóricas y figuras de siglos pasados que adornan el interior de la catedral. Referente a las celebraciones eclesiásticas o Sínodos, ¿cuáles se han desarrollado durante su arzobispado?En la Catedral se han celebrado los principales eventos eclesiásticos como fue la IV Conferencia General de los Obispos de América Latina y el Caribe, cuya primera Eucaristía tuvo lugar en la misma Catedral. También se inició y concluyó el I Concilio Plenario Dominicano, cuya celebración fue decidida por la Conferencia del Episcopado Dominicano en 1985, teniendo en cuenta que tres años después, en 1988, conmemorábamos el quincuagésimo aniversario del último sínodo convocado en 1938 por el arzobispo Mons. Ricardo Pittini. ¿No ha encontrado obstáculos para la ejecución de algunas de sus obras o proyectos en beneficio de la Catedral?No puedo decir que encontrara obstáculos o personas que dificultaran las obras que se han realizado en nuestra Catedral. Más bien debo decir que siempre he contado con equipos excelentes de arquitectos y otros profesionales que han trabajado con verdadero entusiasmo y competencia. ¿Quiénes han sido estos colaboradores que se han identificado con su causa?Entre los colaboradores con quienes he contado están los Arquitectos Eugenio Pérez Montás y Esteban Prieto, a los que se han sumado otros cuando al proyecto de la Catedral se agregaron los trabajos en el Arzobispado, en mi residencia, en el Palacio donde funciona el Patronato de la Ciudad Colonial y que junto con la Real Cárcel anexa que será la sede del Museo de la Catedral. Dentro del plano económico. ¿Cuáles instituciones, embajadas, países y personalidades han contribuido para desarrollar los proyectos que usted idea? Las instituciones, personas y países que han contribuido con las obras de la Catedral debe señalarse en primer lugar al gobierno del presidente Leonel Fernández a través de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado. También la CDEEE nos prestó una valiosa colaboración para la instalación de los aparatos para la climatización de la Catedral. Igualmente España, a través de la Oficina de Cooperación Española ha ofrecido importantes aportaciones y la Embajada de los Estados Unidos ha dado una ayuda económica para la restauración de un importante retablo. ¿Cuáles personalidades del ámbito religioso o de trascendencia por su labor en beneficio de la sociedad han visitado la Catedral durante su arzobispado ?Son muchas las personalidades que han visitado la Catedral durante mi episcopado. Obviamente la primera fue las visitas del Papa Juan Pablo II en 1984 y 1992. Al igual que algunos Jefes de estado y primeras damas. En un futuro inmediato, ¿Cuáles proyectos tiene planeado llevar a cabo para continuar renovando a estos tiempos la Catedral Primada de América?El principal proyecto que ahora tenemos en ejecución es el Museo de la Catedral que pretendemos que sea inaugurado con ocasión de los 500 años de la creación de la Arquidiócesis de Santo Domingo, el 8 de agosto de 2011. En este museo se exhibirá un patrimonio artístico valiosísimo de piezas de arte tanto religiosas como profanas del llamado Tesoro de la Catedral que nunca se ha expuesto al público por falta de condiciones de lugar y con la apertura del museo los dominicanos y extranjeros que visiten este espacio tendrán la oportunidad de conocer y apreciar lo que es parte de la historia de la Catedral Primada de América.