Ventana

PERFORMANCE

Liberando los “secretos amor-dazados”

Zuleika Pagán LópezSanto Domingo

“...las personas se muevendomadas por los hilos manipuladores del pequeño dios de turno...” SAN JUAN, PUERTO RICO.- Muchas son las mordazas impuestas sobre el artista. Muchos, los pequeños dioses/sicarios del sentimiento más puro, pero también, el más desacreditado por el ser humano: el amor. El amor se ha convertido en un cliché, en un oscuro espejo iluminado por luces de neón, que bien podría denominarlo, amor a lo chabacano. Alexéi Tellerías rompe con el silencio que se impone ante lo cursi, para develar de forma muy controversial esta mordaza. A modo desenfrenado nos muestra esos altos y bajos de todo enamorado del amor: la locura ante el amor, la ira ante el amor, la obligación de guardarse ante el amor. Todo se reúne en un vaivén: como las olas del mar, como la mano masculina que empuña en llanto la pérdida de la amada, como la mano del escritor que nunca deja ese oscilante movimiento con el único propósito de lastimar la página. “El papel se me agota/y yo sigo mirando el mar...”, papel, medio sobre el cual trabaja el escritor/mujer, medio sobre el cual trabaja el amante. Y ante el agotamiento de dichos medios él sigue mirando el mar, esa infinita humedad y ese constante cabalgar de las olas sobre la arena, como nos cantara la compositora puertorriqueña Sylvia Rexach: “soy la arena/que en la playa está tendida...”. En este caso, funge la función de observador en un encuentro ajeno, es un espía de su propia traición. Un soñador rebelde que ante la sórdida realidad de la tristeza latente en su propia piel, prefiere volverse a la alegría del otro. Tellerías no se queda en la queja de la mordaza -la destruye a gritos- como suele suceder en la venida masculina, cuando el amante no padece de represiones. Con la destrucción de la mordaza deviene también la destrucción del papel, de la amada. Como lastimado amante -luego de alcanzar la cúspide- arrasará con todo y el amor se mostrará tal cual: un espejismo, un simulacro. Pero -fiel creyente de la resurrección- esperará el retorno del fénix de entre las cenizas, esperará que Lázaro se levante y ande, esperará a pesar de saber que es en vano.

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