El placer de lo nimio

José Mármol ha recopilado artículos periodísticos, prólogos a libros y reflexiones hasta ahora inéditas, que configuran, en su conjunto, una suerte de autobiografía intelectual, un inventario personal compuesto de sus libros y objetos predilectos, de los pensamientos, autores y pasiones que han configurado la geografía de su intelecto. De las numerosas cavilaciones que se ofrecen en este volumen, las más importantes son las referidas a la poesía y la filosofía, sin duda los temas cardinales de la literatura de Mármol. Desde que publicara El ojo del arúspice (1984), el poeta dominicano ha venido sosteniendo la estrecha vinculación de la poesía con el pensamiento, y la significación del poema como vehículo esencial de conocimiento y aprehension de la realidad y de la propia poesía. En este sentido, no es casual que el primer texto de El placer de lo nimio se dedique a examinar su ya largo trato con la poesía y la filosofía. Tal vez el gran acierto literario de Mármol haya consistido en haber culminado, a través de su poesía y su perfil público, el proceso de construcción de la figura del poeta pensador en las letras de su país. Se trataba, evidentemente, de una asignatura pendiente que Mármol y su generación hicieron suya y completaron en dos décadas, y en la que el temprano descubrimiento de Martin Heidegger fue decisivo. El minucioso esmero con que Mármol acomete la escritura y se acerca a la lectura, actividades que, según propia confesión, constituyen “los momentos más fecundos” de sus días (p. 23), acredita sus altos parámetros de exigencia intelectual y sus ácidas críticas a aquéllos que sólo saben pensar a crédito y a los llamados seudopoetas. El placer de lo nimio, como sugiere su propio autor, constituye una auténtica apuesta epicureísta por encontrar la felicidad, el placer y el éxito en las pequeñas cosas de la vida (p. 91), que en el caso particular de José Mármol, tienen una fuerte impronta libresca, cultural y estética. Este libro ofrece un excelente catálogo de observaciones y confesiones de un escritor, de un poeta pensador que ha alcanzado la sapiencia y el dominio absoluto de su oficio, y que se sabe dueño, tras años de consagración al estudio y a la escritura, de algunas verdades impecables y luminosas.