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Edición Especial 

Una historia construida por pequeñas acciones y héroes anónimos

Unidad. La independencia se logró gracias a pequeños, pero significantes aportes.

La victoria de la noche del 27 de febrero fue lograda al esfuerzo de grandes y pequeños héroes.Istock

Saiury CalcañoSanto Domingo, RD 

Siempre se ha enseñado los grandes acontecimientos que prepararon el camino para la independencia dominicana en 1844.

Juan Daniel Balcácer, historiador y presidente de la Academia Dominicana de la Historia, repasa algunos: “Durante la primera mitad del siglo XIX ocurrieron sucesos de singular trascendencia. Por ejemplo, las vicisitudes padecidas por el pueblo debido a las invasiones haitianas de 1801, 1805 y 1822, al igual que la frustrada experiencia de José Núñez de Cáceres en 1821. De igual manera, y más importante aún, fue el movimiento independentista que tuvo lugar en la América hispánica entre 1810 y 1830, proceso del cual emergieron las repúblicas soberanas de lo que hoy se conoce como Latinoamérica”.

“No tenemos que hacer la independencia, porque esa proeza la lograron Duarte y su generación; tampoco tenemos que restaurarla, porque eso fue realizado gracias a los restauradores; pero lo que sí debemos hacer en el presente y futuro inmediato es evitar que desaparezca la identidad nacional y asegurarnos de contribuir, desde nuestros diferentes ámbitos de acción, a perfeccionar la democracia dominicana que tantos sacrificios le ha costado al pueblo”.

Juan Daniel BalcácerPresidente de la Academia de Historia Dominicana

Juan De la Cruz, historiador y docente universitario, enumera más hechos:

• La formación del Patricio Juan Pablo Duarte en Barcelona, España.

• Integración de Duarte a la labor de propaganda que realizaba el periodista José María Serra contra el gobierno haitiano entre 1833 y 1838.

• Creación de la Sociedad Secreta La Trinitaria el 16 de julio de 1838.

• Alianza con el Movimiento La Reforma de Haití en 1843 para derrocar al presidente Jean Pierre Boyer, que ya tenía 21 años de gobierno en la parte este de la isla de Santo Domingo.

• Instalación de la Junta Popular de Santo Domingo en 1843, tras el derrocamiento de Boyer, en la que participaron tres dominicanos y dos haitianos.

• Coordinación entre Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella,Vicente Celestino Duarte, Manuel Jimenes y otros con los sectores conservadores representados por Tomás Bobadilla y Pedro Santana para hacer posible la independencia nacional.

Sin embargo, no siempre se le da la importancia a las pequeñas acciones o a héroes anónimos, que por mínimas o insignificantes que parezcan, hicieron un enorme aporte para que se lograra un país libre y soberano de toda denominación extranjera.

“Es necesario incorporar a todos los sectores de la vida nacional en la definición de un modelo económico inclusivo, en la construcción de una democracia participativa y en la lucha por la preservación del medio ambiente y los recursos naturales frente a las multinacionales que explotan nuestros minerales y solo nos dejan la contaminación y los hoyos. En estos procesos los jóvenes deben tener el papel protagónico, por cuanto es el sector más dinámico”.

Juan de la Cruz Historiador dominicano 

Balcácer relata que desde poner a disposición la casa de doña Josefa Pérez de la Paz, madre de Juan Isidro Pérez, donde se fundó La Trinitaria; la familia Sánchez, que permitió que varios de sus miembros participaran en la revolución; igualmente las hermanas de Duarte, y su madre, que estuvieron dispuestas a sacrificar parte del patrimonio familiar; hasta la contribución de pequeños comerciantes y el estímulo de miembros del clero, quienes alentaban a los jóvenes para que no desistieran de su proyecto liberador.

La familia Villa, en La Vega, que también escondieron a varios revolucionarios y donde se bordó la bandera dominicana en el Cibao; y la familia de Pedro A. Pina y de Concepción Bona, dos de cuyas damas bordaron la bandera que Sánchez ondeó en la Puerta del Conde la noche del 27 de febrero, entre otras cosas que hicieron posible la hazaña de aquella noche.

De la Cruz resalta que la creación de las sociedades patrióticas La Filantrópica y La Dramática, mediante las cuales los jóvenes de entonces fueron formados en áreas como Filosofía, Historia, Geografía, Matemática, Idiomas, Artes y Literatura, al tiempo que se valieron del teatro para concientizar a la población general.

“Desplegaron patriotas en todo el territorio nacional para organizar a la población y para establecer contactos con los sacerdotes de las diferentes comunidades y común cabecera de las provincias; preparación física y militar de los miembros de La Trinitaria, para lo cual utilizó los almacenes de su padre; Duarte escribió el Juramento Trinitario y describió cómo debían ser los colores de la Bandera Nacional; Duarte elaboró un proyecto de Constitución, donde planteó que los poderes del Estado deben ser: Poder Municipal, Legislativo, Ejecutivo y Judicial; e integró al sacerdote peruano Gaspar Hernández a impartir clase de Filosofía a la juventud de su época”.

Estos actos comprueban que grano a grano se llena la gallina el buche, y que cada esfuerzo sumó para lograr ser un país libre.

Pocos mencionados 

Si se le colocará una firma al acto de independencia seguro se leerían los nombres de los padres de la Patria, pero se destacaron también hombres de mucho valor: José María Serra, Vicente Celestino Duarte, Pedro Alejandrino Pina, Juan Isidro Pérez, Manuel Jimenes, Juan Evangelista Jiménez, Benito González, Juan Nepomuceno Ravelo, Juan Alejandro Acosta, Petronila Grau, Antonio Duvergé, Francisco Soñé, Matías de Vargas, José María Imbert, Lucas Díaz, Marcos Medina, Francisco Antonio Salcedo, Archie Michel, José María López y Esteban Roca, entre otros.

Y las mujeres no se quedaron atrás: Juana de la Merced (Juana Saltitopa), Josefa Pérez de La Paz (Chepita), Manuela Díez, Rosa Duarte, María Trinidad Sánchez, Concepción Bona, María Pina, Filomena Gómez, Ana Valverde, Baltazara de los Reyes, Socorro Sánchez y Rosa Montás, entre otras.