Autores famosos visitaron la redacción de el decano

Inicio. Se comenzó por la puerta grande, con el Premio Nobel de Literatura José Saramago, el día 20 de febrero de 2001.

Miguel Franjul junto a María Kodoma, viuda de Jorge Luis Borges

Miguel Franjul junto a María Kodoma, viuda de Jorge Luis BorgesArchivo LD

La llegada de Miguel Franjul como cabeza directriz de Listín Diario significó una nueva etapa en la historia del periódico.

Corría el año 2000 y los aires de cambio comenzaron a soplar junto a las pasadas ráfagas del huracán Georges.

Al viejo rostro se le inyectó un nuevo corazón: Desde el diseño del diario, la fotografía, la síntesis de redacción, el contenido y el reciclaje del personal, conformaba un nuevo estilo de lectura, distinto como su lema “tan dominicano como tú”. Y la sociedad lo agradecía.

Caras nuevas, estilo distinto, mirada aguda y formato arrevistado fueron sus claves. Pronto los temas políticos redujeron sus espacios para dar cabida a otro tipo de material de interés general.

Se crearon suplementos culturales, comerciales, patrióticos y religiosos. Se consolidaron revistas y publicaciones, se estamparon encartados junto a otras iniciativas que marcaron la diferencia entre el Decano de la Prensa Dominicana y el resto de la prensa escrita.

Existía la Internet, pero no con la pujanza, los recursos, las innovaciones y la estrategia comunicacional del presente. Las viejas computadoras (las primeras que llegaron al país) se convirtieron en aparatos obsoletos que estampaban, malo que bueno, las historias.

Sergio Ramírez, Premio Cervantes de la Literatura junto a Miguel Franjul

Sergio Ramírez, Premio Cervantes de la Literatura junto a Miguel FranjulArchivo LD

A partir de 2001, comenzaron a ranquearse las visitas de escritores famosos al Listín, casi todos invitados a un desayuno, donde acudían personalidades dominicanas, editores, funcionarios del gobierno y ejecutivos del periódico. Se comenzó por la puerta grande, con el Premio Nobel de Literatura José Saramago, el día 20 de febrero de 2001. Su invitación a la Feria Internacional del Libro incluyó su participación en este encuentro inolvidable. El salón “Ricart” de la primera planta acogió al autor de “La balsa de piedra”. Sentado en la butaca principal destinada a los invitados especiales, Saramago no solo expuso sus experiencias literarias sino también sus puntos de vista sociales e ideológicos, sin fanatismos, ni falsas esperanzas.

Estas visitas se interrumpieron durante casi dos años por la lamentable intervención del Gobierno en los asuntos editoriales y financieros del periódico, así como la salida de sus dueños y directivos.

Restablecido el orden constitucional y devuelto el medio a sus legítimos dueños tras las elecciones presidenciales de 2002, retornaron las visitas de letrados famosos al Listín. Al día siguiente de cada encuentro, el diario estampaba entrevistas ilustres y declaraciones promisorias.

Listín Diario nunca distinguió ideologías de sus invitados, sino su importancia como creadores de obras impresas en diveros géneros. Desde la cubana Marta Rojas, el teólogo de la liberación Frey Betto hasta el periodista Plinio Apuleyo de Mendoza, el decano volvía a sus andanzas en favor del lector. Siempre la experiencia, el grado de profesionalidad en la escritura y el reconocimiento mundial fueron los puntos tomados en cuenta para promover con ellos diálogos inolvidables.

Ricardo Trotti

Ricardo TrottiArchivo LD

El Premio Cervantes de Literatura, Sergio Ramírez; los premios Alfaguara, Eliseo Alberto, Elena Poniatowska, Santiago Roncagiolo, Luis Leante, José Gabriel García, así como los consagrados Alfredo Bryce Echenique, María Kodama, Carlos Alberto Motaner, Juan Luis Cebrián, Ricardo Trotti y la joven autora cubana ranqueada internacionalmente Wendy Guerra, entre otros, nos honraron con su presencia, narraron sus historias y experiencias, y muchas de ellas quedaron grabadas en nuestras páginas.

En los últimos años, las nuevas autoridades de la Feria Internacional del Libro han interrumpido esa práctica, sobre todo, después del virus Covid-19 y las obligadas transformaciones que por esas causas ha debido asumir la dirección del recinto ferial, centrada en la no movilidad de sus invitados internacionales.

Esperamos que esa etapa de gloria literaria que aportó el Listín a sus lectores retorne por sus fueros en esta nueva etapa cuando la pandemia ya no existe y el evento se vuelve a trasladar, según se ha anunciado, a su sede de la Plaza del Conservatorio, a partir del presente mes de agosto.

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