Educación
Contaminación ambiental: un mal general
Es muy común escuchar en diferentes espacios de la vida cotidiana hablar sobre la contaminación ambiental, pero, ¿te has preguntado cómo impacta la vida de los seres humanos y cómo podemos evitar su propagación?
Para contextualizar la idea y ofrecer a los lectores posibles soluciones y acciones que se pueden desarrollar desde los hogares de cada dominicano y dominicana, Luis Carvajal, ambientalista y docente, habla sobre el impacto que está causando la contaminación en el país.
En ese sentido, Carvajal indica que una de las formas más vistas de contaminación es la polución urbana generada por desechos, tanto domésticos como industriales.
Para el ambientalista también existe una contaminación hogareña, que aunque se hable muy poco de ella, las personas suelen arrastrar artículos que pueden ser emisores de contaminación a sus hogares.
“La contaminación hogareña es la forma en que, por ejemplo, puedes organizar en una despensa productos que pueden emanar vapores peligrosos junto a los alimentos, el uso de muchísimos productos que están prohibido por su composición o que deben advertirse que son de altísimos riesgo”.
Existen alrededor de 300 productos de alta peligrosidad que aparecen en prácticamente en todos los salones de belleza y las tiendas de estética del país, que están implicando un nivel de afección no solamente dermatológica, sino de enfermedades metabólicas, porque ni Salud Pública ni Medio Ambiente tienen el acompañamiento debido para instruir alrededor de este tipo de contaminante.
Carvajal manifiesta que el mayor problema de República Dominicana es la enorme cantidad de desechos depositados en los vertederos, donde supuestamente existe un programa para convertir los rellenos sanitarios en una cantidad determinada de vertedero.
‘’Seguimos sin una política claramente definida del manejo de los desechos sólidos y es un problema al que estamos recurriendo frente a las urgencias y no porque haya una línea estratégica planteada”, dice.
El docente detalla que la contaminación se puede clasificar por sus impactos en el ecosistema, sin embargo, acota que el problema fundamental no radica en ver cuáles son todas las fuentes de contaminación, sino en qué está haciendo la sociedad para enfrentarlo y regularlo. Para ello se tienen los sistemas de gestión ambiental, que le corresponde fundamentalmente desde el punto de vista normativo de evaluación y seguimiento al viceministerio de Evaluación Ambiental, a pesar de que existen una series de instancias como el Ministerio de Salud Pública, los Ayuntamientos y todo lo que controle calidad que va dirigido a garantizar, primero que los procesos generen el menor nivel de contaminación posible, segundo disminuir sus efectos y luego que la gente pueda prevenir y mitigar los estragos de la contaminación.
El experto enfatiza en la educación como un componente central para que la gente pueda manejar situaciones frente a esta problemática, de esa forma plantea los siguientes puntos:
• Que el individuo no sea un factor que sume contaminación.
• La educación como una alternativa de protección, para disminuir los impactos producidas por este mal.
• La educación como un mecanismo proactivo para que el individuo se convierta en un ente promotor de las alternativas anteriores, es decir que ejerza presión social para generar políticas y a la vez decisiones capaz de convertirte en un ente social activo y con capacidad de cuestionar.
• La educación como forma de entender la gestión macro de los procesos, concebir las dinámicas ambientales, y que ninguno de estos cuatro niveles sea separado el uno del otro, sino que todos estos espacios estén asociados en una educación formal y así crear una ciudadanía ambiental.
Finalmente, Carvajal insiste en que la contaminación y la degradación ambiental es producto fundamental de la forma en que la sociedad se relaciona con la naturaleza y eso tiene que cambiar, pero para que eso cambie la gente primero debe darse cuenta, enterarse y saber lo que pasa, luego organizarse para actuar y por último convertirse en un factor de resistencia, porque hay que resistir al rumbo por el que va nuestra sociedad y el el planeta en términos ambientales.